Lucus Asturum, «la historia antes del museo», se abre a Asturias
Comienzan las visitas guiadas al antiguo asentamiento romano, donde ahora se excava también una necrópolis de «al menos 1.200 años»
Las plazas para visitar el yacimiento de Lucus Asturum, en Llanera, se quedaron cortas. El interés, la curiosidad y el querer aprender más ... sobre una de las investigaciones arqueológicas más importantes de Asturias llamó a visitantes no sólo del concejo, sino también de Oviedo, Pola de Siero y Gijón.
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Era «la oportunidad perfecta de conocer la historia antes de que sea un museo», resumió la ovetense Violeta Canto. Acompañada de su familia, el suyo fue uno de los grupos que acudieron este miércoles a la finca de la Casa Rectoral, donde la última excavación –empezada hace un mes– ahonda en lo que es una necrópolis de «al menos 1.200 años», según las primeras estimaciones, y está asentada sobre estratos romanos –Lucus Asturum aparece ya citado en las crónicas de Ptolomeo en el siglo II–.
Agrupados alrededor del yacimiento, la arqueóloga Esperanza Martín, directora de las excavaciones, empezó la visita explicando qué es Lucus Asturum, un importante asentamiento romano del centro de Asturias y del cual aún se siguen desenterrando hallazgos; los últimos diez años a través de una iniciativa municipal que financia los trabajos.
«Cuando estudias en clase la historia romana de Asturias, Lucus Asturum siempre aparece. Lo he tenido aquí siempre, pero no es lo mismo verlo que entenderlo con la ayuda de los expertos», dijo Desireé Fernández, vecina de San Cucao.
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No fue la única llanerense que se acercó al yacimiento para «curiosear». Ella y otros tantos vecinos hicieron varias preguntas sobre el asentamiento, sobre todo tras las últimas aclaraciones de Martín respecto a las tumbas encontradas ya la pasada campaña, asentados sobre los estratos romanos. Se sabe ya que se trata de «una gran construcción de lo que pudo ser una torre de un campanario», hecha a partir de bloques romanos y pegada a lo que una vez fue un muro de la misma época. Aún falta excavar más para datar la construcción, pero gracias a las tumbas de alrededor se sabe que «se enterró a gente desde el siglo VII hasta el siglo XVII», no sólo por los huesos sino por las monedas que dejaban junto a los cuerpos, la más moderna era «un maravedí de Felipe IV». Los hay de varias edades, con un osario infantil y una fosa común, aunque aún falta «excavar un nivel más».
Será un mes más de trabajo en el que, además de las visitas, los propios ciudadanos podrán participar ayudando en la excavación o limpiando huesos en el laboratorio. Una oportunidad única para algunas familias que acudieron con los más pequeños de la casa. La polesa Verónica Fernández, acompañada de sus mellizos Lucas y Laura, de 9 años, fue de las primeras en apuntarse tras la explicación.
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Es algo «especial», destacó, más aún para los más pequeños, pues se les da la oportunidad de «conocer la historia» en primera fila.
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