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A 45 kilómetros por hora, además de recorrer un kilómetro más respecto al trazado óptimo, desde Pola de Siero hasta el apeadero de ... La Carrera. Esta es la realidad de los últimos años de la entrada de los trenes de Renfe a la estación de Pola de Siero, dentro de la línea Oviedo-Santander.
Y todo apunta que lo seguirá siendo muchos años más. Adif acaba de sacar a licitación las obras de duplicación de dicho tramo, sin modificar el trazado de 1,9 kilómetros, con un presupuesto de más de 20 millones de euros y un plazo de ejecución de quince meses. Es decir, manteniendo el paso a nivel de El Bayu y a sinuosa y cerrada curva de La Bombilla, en principio para no causar daños al río Nora que transcurre casi paralelo a la ruta actual. La duplicación del tramo La Carrera-Pola de Siero se completa con una inversión de 6,8 millones de euros para modernizar la señalización
Por no dañar al río, ¿a qué se renuncia? Mantener el trazado actual significa privar a Siero de velocidad y seguridad adecuadas, según explican en la Asociación de Usuarios de Renfe-Feve España, que entregó hace medio año, con el objetivo de mejorar el servicio que actualmente se presta, un proyecto con un «nuevo y mejorado trazado» del que no han obtenido respuesta alguna.
Desde esta asociación consideran que «es ilógico renovar algo para que un tren continúe a 40 kilómetros por hora», incidiendo en que «desde luego así no se van a conseguir tiempos de viaje en el ferrocarril acordes a 2025». El proyecto elegido, que está sobre la mesa desde hace aproximadamente 25 años y que en su día barajó la eliminación de dicha curva, supone el desdoblamiento de la plataforma que se ejecutará por la margen derecha del trazado actual, en el que se suceden tramos de duplicación estricta con otros en los que será preciso rectificar el trazado para salvar los pasos superiores existentes
La razón esgrimida para no cambiar el trazado a pesar de contar con un proyecto para tal fin, según se desprende de la resolución de los técnicos que redactaron los informes de impacto aprobados en 1999, es que una variante afectaría «muy notablemente al proyecto de recuperación del cauce del río Nora».
Entre los principales inconvenientes que se apuntan para renunciar a una modificación del trazado, es que hacerlo «obligaría a la demolición de un molino e imposibilitando la recuperación de la zona contigua al mismo». Además, alertaba de que, en las zonas en las que se tendría que habilitar esos dos nuevos puentes «cabe destacar la presencia de comunidades de carácter aluvial, con bosques de alnus glutinosa y fraxinus excelsior, hábitat expresamente señalado como prioritario por la directiva comunitaria».
Todo pronostica que las obras se ejecutarán preservando la salud del río Nora. El calendario de actuaciones diseñado desde Adif apunta a que la ejecución de la mayor parte de la actuación se realizará en horario nocturno. Se hace con la intención de interferir lo menos posible en la circulación de un tramo que tiene la velocidad máxima de los trenes limitada a 45 kilómetros por hora.
A pesar de ello deberán ejecutarse dos cortes extraordinarios del servicio en la zona afectada, la previsión es que tengan una duración de entre diez y quince días cada uno.
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