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Los alumnos Mateo Martínez, Pelayo Rubio, Nacho Heredero, Diego Cadaveda, Kiara Junco y Mario Liñero, del IES Víctor García de la Concha, junto a su profesora de Ingeniería y Tecnología, Paula Ema. En el centro, el minisatélite 'Pilatas', ganador de la fase regional del concurso CanSat. P. Gutiérrez

'Pilatas', el ingenio maliayo que protege a los robots del polvo de las tormentas en Marte

El minisatélite ideado por alumnos del IES Víctor García de la Concha disputará la final nacional de un concurso de la Agencia Espacial Europea

Pilar Gutiérrez

Villaviciosa

Jueves, 24 de abril 2025, 09:03

Emocionados y muy nerviosos. Así están los seis alumnos del IES Víctor García de la Concha, de Villaviciosa, creadores del minisatélite 'Pilatas' ... que representará a Asturias en el concurso CanSat, organizado por la Agencia Espacial Europea, para descubrir nuevos talentos.

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Su proyecto, pensado especialmente para las misiones de la NASA en Marte, resultó vencedor en la fase regional del certamen, captando el interés de Jorge Pla, jurado e investigador de la NASA. Estos seis estudiantes de Bachillerato –Mateo Martínez, Pelayo Rubio, Nacho Heredero, Diego Cadaveda, Kiara Junco y Mario Liñero– irán el próximo 13 y 14 de mayo a Galicia a dar lo mejor de Asturias, con la misma mentalidad con la que se presentaron a la fase regional, en La Morgal, contra otros seis centros. «O íbamos a por todas o a nada, no nos valía otra cosa», dijeron.

Ayudados por la profesora Paula Ema, ellos mismos hicieron la investigación y trabajo a lo largo del curso. Además de cumplir con lo básico, el minisatélite –del tamaño de una lata– debía cumplir una misión especial, así que empezaron a pensar: ¿qué podían hacer que se saliera de lo habitual? Tras unas semanas, las últimas noticias de los problemas en Marte por el «polvo de las tormentas» les dio la idea definitiva. «Pensamos en cómo podríamos proteger a los robots, así que decidimos hacer algo que midiera el viento, para predecir el clima antes de que ocurra», explicaron.

Lo que al principio parecía «increíble de hacer en una clase», al final se volvió real y aunque «no fue fácil», poco a poco se dieron cuenta de que de verdad «se podía hacer un satélite que funcionara».

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Fue una tarea que resultó «entretenida» aunque tenía partes «tediosas» y que les ocupó buena parte del curso y que tuvo sus ventajas de cara al futuro, pues les ha ayudado a descubrir la ingeniería como salida profesional.

Además, su obsesión por la perfección durante los últimos meses tuvo su recompensa en La Morgal, cuando su dispositivo, además de funcionar, fue encontrado rápidamente gracias a un GPS incorporado que lo diferenciaba de los demás.

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Sin embargo, a 'Pilatas' «aún le quedan algunos retoques más», pues el primer vuelo de prueba –tras subirlo, atado a un cohete, a más de 620 metros de altitud– sirvió para detectar «mejoras futuras» aplicar, por ejemplo, en la carcasa y ventilación.

Lo siguiente, para la fase nacional del concurso, es «instalar un sensor más, uno que detecte mejor el polvo de Marte en las tormentas», para convertir el minisatélite maliayo en el mejor de todos.

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