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Pilar con su hija Clara en Chicago.
ASTURIANOS EN LA DIÁSPORA

«Ser bicultural te abre la mente y te hace entender»

Pilar Grijota vive en Estados Unidos junto a su marido y sus dos hijos desde 2016. Allí ejerce como profesora en una escuela media

M. F. Antuña

Gijón

Domingo, 30 de junio 2024, 02:00

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Crystal Lake. Así se llama el condado de Illinois en el que vive Pilar Grijota (gijonesa, 48 años) con su marido, Roberto, y sus hijos, Clara (18 años) y Juan (15). Y el nombre responde a esa imagen de barrios periféricos residenciales tranquilos y felices que transmite las películas. Cerca de Chicago está la casa y la vida de esta licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo que en 2000 se fue a Canarias y en 2016, a Estados Unidos, dando un giro radical de vida y de termómetro. Conocido es el benélovo clima canario y conocido es el duro invierno de Illinois, donde en enero se baja hasta los 20 grados bajo cero, aunque hace cuatro años llegaron a estar a 40. «Al principio te duele hasta la cara, yo no tengo arrugas gracias a esto», bromea.

Pero el frío no es problema. Adaptación es una palabra que no le cuesta pronunciar ni ejercitar ni en español ni en inglés a esta mujer que se lanzó a la aventura americana a través de un programa de profesores visitantes del Ministerio de Educación en programas bilingües. En una Middle School da clases de lo que podría corresponder en España con Lengua y Literatura a chavales de 13 y 14 años. «Al principio, a pesar de llegar allí con experiencia docente, me sentía novata, se hacen las cosas de manera distinta», revela. Son menos academicistas y más prácticos que en España, una virtud y un pro, pero sin obviar la otra parte: «Se necesita la teoría para poder aplicarlo de manera práctica, yo intento combinar, encontrar el punto medio entre los dos mundos».

Están satisfechos y felices de la experiencia, porque al fin y al cabo lo que buscaban eran nuevas formas de vivir. «Yo quería darles a mis hijos la portunidad de mejorar en el idioma, quería exponerlos a otras culturas, a otra forma de vida, porque eso enriquece muchísimo, a mí marido la idea le fascinó y para mí era una oportunidad profesional para mejorar el idioma y seguir aprendiendo y ser mejor docente, porque todo suma», relata Pilar sobre cómo se gestó este viaje vital que ha ido ampliándose en el tiempo y que no tiene, por el momento, billete de vuelta. «Nuestro plan de vida es que no hay plan de vida, inicialmente íbamos para tres años, revisamos y nos quedamos dos más y cuando llegó la segunda revisión, todo el mundo estaba encantado y no sabemos qué nos va a deparar el futuro».

«Nuestro plan de vida es que no hay plan de vida, inicialmente veníamos para tres años y seguimos»

Se adaptaron magníficamente al país, también porque su idea era «aprovechar lo bueno que te ofrece y navegar los obstáculos». Eso han hecho y siguen haciendo. Es tediosa toda la parte administrativa de ser extranjero, ha costado asumir algunos comportamientos, como el cuidado extremo del espacio personal, pero al final el balance es positivo. «Lo de ser biculturales te da una perspectiva yo diría más comprensiva y comprensible, te abre la mente, entiendes las cosas que pasan, pero es que además hemos conocido gente maravillosa, amigos que son nuestra familia, porque eso es lo peor de estar lejos, la familia».

Se añora, además de las personas queridas, esa forma tan social de los españoles que allí no se antoja habitual ni común. «Echo de menos la espontaneidad de España para hacer planes, para irte a tomar algo de repente, aquí lo tienes que programar con antelación», señala. Eso en verano, en invierno, la casa es el lugar más común de socialización por aquello de esas gélidas temperaturas. Lo bueno, que vayas donde vayas no es necesario meter la bebida en la nevera, está más fresca si se queda en el exterior.

El clima, sostiene Pilar, condiciona claramente los temperamentos y las formas de ser y estar. En Illinois son gente muy seria y trabajadora; en Florida, con el sol y la luz derrochándose, el ambiente es más distendido; en Colorado, la montaña marca; en California la vida es más relajada. Otra ganancia de la experiencia de emigrar es poder viajar y conocer ese inmenso territorio. «El país es enorme, Texas es más grande que España».

Vive Pilar con nervios la llegada de las elecciones, «porque Trump es Trump» y «Biden está mayor». El proceso se vive con la cercanía lógica y Asturias se mira ahora con distancia y con una nueva perspectiva: «Mi marido y yo llevamos fuera desde 2000 y es escuchar una gaita y se te encoje el corazón, Asturias siempre se lleva en el corazón».

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