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El gijonés disfruta en Suiza de un ocio muy centrado en la naturaleza. E. C.

«Si vienes de fuera, Suiza es ridículamente caro»

Víctor Pañeda vive en Zúrich desde hace seis años, una ciudad rodeada de naturaleza donde la vida es «bastante sencilla»

Inés Barea

Gijón

Sábado, 13 de septiembre 2025, 22:35

Una oportunidad laboral dentro de la empresa en la que trabajaba en Asturias le llevó hace seis años hasta Zúrich y, en esta ciudad suiza, rodeado de una naturaleza sobrecogedora, ha construido el que es ahora su hogar. Víctor Pañeda (Gijón, 1985) trabaja como informático en una compañía de seguros que le había ofrecido la posibilidad de viajar en varias ocasiones hasta esta localidad del centro de Europa antes de ofrecerle un puesto permanente allí. Así que, en el momento en el que decidió dar el paso y apostar por esa oportunidad, ya conocía bastante bien tanto el país como a su gente. Eso, explica ahora, lo hizo todo mucho más fácil.

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«Es un sitio en el que se vive muy bien» y, salvo encontrar piso, que le resultó más trabajoso, considera que la adaptación no le dio demasiados quebraderos de cabeza y la vida, en general, puede ser «bastante sencilla». Al menos, en su caso, así lo ha sido; ahora disfruta con tranquilidad del día a día en un lugar que «sorprende», porque los españoles «tenemos una idea distinta, pensamos que será un sitio muy aburrido, muy frío, y que la gente será muy sosa». Y para nada es así: «Aquí les gusta mucho disfrutar, salir a hacer cosas en la naturaleza, ir al monte, esquiar», cuenta. «Al venir, me di cuenta de que el ocio está más centrado en salir a la naturaleza o hacer ejercicio. Y en España, quizá, es como que tiramos un poco más hacia salir de cañas o ir a comer». Pero ambas cosas no son incompatibles, porque aunque «es cierto que aquí hacen muchas cosas al aire libre, también hay ambiente de bares. Una cosa no quita la otra», asegura.

Al hablar de Suiza, no se puede no mencionar, además de su entorno privilegiado y una cultura que vive en consonancia con él, el elevado coste que supone vivir en una ciudad como Zúrich que es, además, capital financiera del país. «Si vienes desde fuera, es un sitio que resulta ridículamente caro», afirma el gijonés. «Salir a cenar a un sitio normal y corriente puede costar tranquilamente 60 euros por persona», un precio al que en España no estamos acostumbrados pero que tiene una explicación, claro: que los sueldos, en consonancia, también son elevados. «Si vives aquí y trabajas aquí, se puede vivir bien», señala, pero no deja de ser uno de los detalles que más llama la atención a la gente cuando llega de visita. Eso, y la sorpresa de encontrar un sitio con vida y mucho ambiente, pues normalmente «se lo esperaban más gris, menos animado». Cuenta Pañeda que, allí, todas las ciudades tienen lagos, y con frecuencia se puede ver a la gente disfrutando de un baño en medio de la ciudad. «Yo, desde mi casa, puedo coger una especie de tranvía y en dos minutos, literalmente, estoy en medio de un bosque. Y vivo en el centro de Zúrich. Esas cosas no las ves tanto allí».

Aún así, a pesar de poder llevar una rutina activa y disfrutable, el estilo de vida de los asturianos es algo que echa de menos y, aunque ahora mismo descarta la idea de volver, reconoce que «la vida allí siempre me ha gustado», sobre todo en Gijón, su ciudad natal. «Pero creo que aquí tengo unas oportunidades a nivel laboral que ahora mismo no sería tan fácil encontrar en Asturias». En su tierra conserva a familia y amigos y eso siempre es difícil de dejar atrás para emprender una nueva vida, pero ha encontrado su sitio en esta ciudad que, aunque no puede competir con nuestra gastronomía, puede presumir de algunos platos como la 'fondue', esa mezcla de quesos fundidos que se presentan sobre un hornillo que los mantiene calientes, o el 'rösti', «una especie de tortilla de patata, pero sin huevos», que también es típica de la zona.

De momento, Zúrich es el hogar de este gijonés que cambió los Picos de Europa por los Alpes aunque, quién sabe, en un futuro quizá decida volver.

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