El radar Pegasus ya multa en las carreteras de Asturias

La Guardia Civil cuenta este año con más recursos técnicos para el control de la velocidad en las carreteras. La incorporación de la tecnología 'Pegasus' -un helicóptero con radar que multa desde hoy en el Principado- permitirá que la vigilancia y la sanción de infracciones en las carreteras se realice también por el aire, una modalidad que lleva apenas unas semanas desarrollándose en la región.

A esta tecnología hay que sumar los 24 radares fijos con los que cuenta la Dirección General de Tráfico en las carreteras asturianas y la flota de vehículos equipados con dispositivos móviles, el mayor temor de aquellos conductores que viajan al límite de las restricciones de velocidad.

EL MAPA DE LOS RADARES ASTURIANOS.En el mapa de la parte superior se pueden ver los radares fijo, en color rojo, las cajas en las que puede haber un radar, en color naranja, los 'fotorrojos', en amarillo y los puntos en los que suele haber controles de velocidad con radar móvil, en negro.

La red de radares en Asturias está concentrada en la zona centro de la región, donde se concentran también la mayor parte de la población y de los desplazamientos por carretera. Así, según la información oficial de la Dirección General de Tráfico, no existen radares fijos en los tramos de autopista de las alas de la región, aunque sí una notable presencia de dispositivos móviles que se ubican tanto en la red principal como en la secundaria.

Las grandes ciudades asturianas tampoco se libran del control de la velocidad. Oviedo y Gijón cuentan con varios emplazamientos en los que colocar sus propios radares. Así, en ambas ciudades, los dispositivos con los que cuentan se distribuyen alternativamente por las diferentes cajas, todas ellas señalizadas, pero sin que se sepa si realmente tienen un radar en su interior. Además, varios puntos de estas ciudades cuenta con dispositivos denominados 'fotorrojos'. Se trata de semáforos equipados con radares y cámaras que registran los datos de aquellos conductores que se saltan el semáforo en rojo. Un dispositivo de este mismo tipo existe en Avilés, en la plaza de los Oficios, un punto de especial intensidad de tráfico.

Pero, la presión de la Guardia Civil para controlar la velocidad de los conductores en las carreteras asturianas, contrasta con los índices de mortalidad de los puntos en los que están instalados, según denuncia la asociación Automovilistas Europeos Asociados. En su último informe de puntos negros en Asturias, los responsables de esta entidad sostienen que los emplazamientos en los que más accidentes de tráfico se han producido entre los años 2008 y 2012 no cuentan con dispositivos de control de velocidad. El caso estadísticamente más llamativo es el del kilómetro 57 de la N-632, a la altura de Arroes, donde se han producido once accidentes con 16 víctimas mortales. De hecho, en su informe, señalan que en un tramo de cuatro kilómetros en esa misma vía, se han registrado 35 accidentes con otras tantas víctimas mortales.

En el mismo informe explican que ninguno de los puntos de las carreteras asturianas que registran los peores índices de siniestralidad cuenta con uno solo de estos dispositivos.

No obstante, los agentes de seguridad disponen de radares móviles que servirían para cubrir espacios conflictivos. Este tipo de usos se desarrolla en zonas como la autopista A-8, en la zona próxima a Unquera, donde suelen producirse problemas de tráfico. No obstante, son muchos los conductores que ven un afán recaudatorio en la utilización de estos dispositivos. Uno de los ejemplos que utilizan para justificar esta argumentación es el radar fijo que hay en la autopista del Huerna, en la bajada de acceso a Asturias próxima a Campomanes. Un punto en el que los vehículos alcanzan velocidad por la inercia y que suele acarrear numerosas multas.