«El uso de prótesis no es un lujo sino una necesidad; nadie va en silla de ruedas por placer»

Esteban Junquera (Noreña, 1963 -aunque lleva viviendo en Gijón desde que cumplió un año, aclara-) preside la Asociación Nacional de Fabricantes y Distribuidores de Ortopedia (AFDO). El pasado lunes, al igual que buena parte de las ortopedias del país, Junquera cerró su establecimiento gijonés y participó en Madrid en la concentración convocada frente a la sede del PP para protestar por los recortes en el catálogo de prestaciones de productos ortoprotésicos. Junquera alerta de que «si no logramos que el Ministerio de Sanidad reflexione y rectifique se consumará el mayor recorte en materia de prestaciones de ortopedia que se recuerda en el país». La entidad que preside está integrada por 43 empresas (tres de ellas asturianas) y representa a más del 90% del sector de fabricantes y distribución de material de ortopedia de España.

Las ortopedias están en pie de guerra, ¿qué ha pasado?

Que el Ministerio de Sanidad pretende modificar muy a la baja el actual catálogo de prestaciones ortoprotésicas . Ahora mismo, tienen sobre la mesa una modificación que dejaría fuera de la financiación a casi la mitad de los productos.

¿Es el mismo catálogo para todas las comunidades autónomas?

No. Hay autonomías como Andalucía, País Vasco, Valencia, Cataluña y Galicia que en estos años lo han renovado. Sin embargo, otras como Asturias mantienen el mismo documento que el de la época del Insalud. Es cierto que el catálogo de prestaciones necesitaba una renovación, pero Sanidad ha aprovechado esa circunstancia para aplicar un ajuste brutal.

¿En qué se traduce ese recorte del que habla?

Quieren fijar un precio máximo por producto, algo así como lo que han hecho en la prestación farmacéutica con los medicamentos genéricos. Pero una silla de ruedas o una prótesis no es un genérico y no se puede equiparar a una dispensación ya que estamos hablando de un servicio.

¿Qué diferencia hay entre dispensación y servicio?

Dispensación es que yo entrego el producto y ya está. En cambio, cuando hablamos de que las ortopedias constituyen un servicio, nos referimos a que nos hacemos cargo de adaptar las prótesis a cada usuario. Por ejemplo, todos los corses necesitan adaptación, al igual que las sillas de ruedas o determinado tipo de ropa.

¿Todo eso quedaría fuera de la financiación actual?

En parte nos tememos que sí porque los precios máximos que pretenden fijar no incluyen este tipo de servicio, que pasaría a ser por tanto adicional.

¿Y quién lo debería pagar?

Está todo en el aire, pero imagino que el coste repercutirá en el usuario.

En materia de ortopedia, ¿el copago siempre existió, no?

Si, lo que ocurre es con estos cambios se agravará aún más. Además, otra novedad es que quieren retirar la posibilidad de que el usuario pueda aportar de su bolsillo para mejorar la prestación.

¿Cómo es eso?

Hasta ahora, Sanidad financiaba un porcentaje del producto y permitía al usuario aportar por encima del coste estipulado. Es lo que se entendía como cuota de mejora. Con la modificación, eso desaparecería. Los productos que estén por encima del precio máximo directamente quedarían excluidos de la financiación pública.

¿De qué precios hablamos? ¿Cuánto cuesta una silla de ruedas, por ejemplo?

Depende del tipo de usuario pero una 'normalita', para una persona mayor con problemas de movilidad ronda como mínimo los 330 euros.

¿Y con el nuevo catálogo en cuánto quedaría?

El precio máximo pretenden dejaron en 280 euros. Quien acabará perdiendo es el paciente, ya que la calidad de los productos y de la prestación bajará. Las asociaciones de usuarios tendrían que salir a decir algo.

Supongo que si hubo un cierre patronal como el que llevaron a cabo este lunes, será que temen que también pierda el sector, ¿no?

Claro, claro. Habrá ortopedias que no soportarán el ajuste y se verán abocadas al cierre. Vaticino muchos ceses por este motivo.

¿Cuántos personas hay en Asturias que utilicen algún tipo de producto ortoprotésico?

Puf, no lo sabemos. Pero no lo sabemos nosotros pero tampoco la administración regional, que no maneja ese dato, aunque es de suponer que en Asturias, con el alto nivel de envejecimiento, la cifra sea alta.

¿Y hay datos a nivel nacional?

Estimamos que hay unos cuatro millones de usuarios.

¿Cuál es la postura de las comunidades sobre este asunto?

Las comunidades no han dicho nada porque dejan que el Ministerio de Sanidad les haga el trabajo sucio. Insisto que aquí el usuario es el más perjudicado. Lo que no entienden las autoridades es que una prótesis no es un lujo sino una necesidad. Nadie va en silla de ruedas por placer.

El lunes se llevó a cabo un cierre patronal convocado por la Federación Española de Ortesistas Protesistas. ¿Qué próximos pasos tienen en mente?

De momento, hemos conseguido un aplazamiento en el periodo de alegaciones que expiraba hoy -por ayer-. Ahora nos reuniremos el comité ejecutivo para analizar la situación, que roza el intervencionismo.

¿Intervencionismo?

Si. Poner un tope máximo es intervenir en el precio en un mercado, como el de las ortopedias, que es libre. Tiene gracia que intervengan el precio y no otras cosas. En Asturias, por ejemplo, seguimos sin una regulación sobre establecimientos ortoprotésicos y eso hace que, con perdón, proliferen lo que yo llamo 'chiringuitos'.