«Las mujeres asturianas eran de las mejores nodrizas»
médico antropólogo y profesor gallego. Hoy ingresa en la Real Academia de Medicina de Asturias
Laura Fonseca
Jueves, 14 de enero 2016, 02:24
Antropólogo, médico, docente y catedrático. Experto en el camino de Santiago y en estudios que abordan el origen de los restos del Apóstol. También preside la Real Academia de Medicina de Galicia y como forense ha contribuido a resolver algún caso de identificación de cadáveres. José Carro Otero (Santiago de Compostela, 1942) pasará a engrosar hoy el listado de miembros de honor de otra entidad académica 'prima-hermana', la Real Academia de Medicina de Asturias. Ingresará en un acto que se celebrará a las ocho de esta tarde y donde dará una conferencia sobre 'Antropología mastológica. Glándulas mamarias y lactancia'.
¿Evolución antropológica de las mamas? Un tema con gancho, ¿no?
Bueno, confío en que al menos interese al público. Es un tema que se remonta muchísimos años atrás. Las primeras representaciones gráfico-plásticas de las mamas que tenemos datan del año 20.000 antes de Cristo. Hablamos del Paleolítico superior, y son las esculturas llamadas 'venus paleolíticas'. Son unas estatuillas pequeñas hechas en piedra, donde las mamas aparecen como atributos fecundativos. Se usaban como amuletos para llamar a la fecundidad en una época en la que las muertes de bebés llegaban al 80%.
¿Cómo son esas estatuillas?
Son unas mujeres sin rostro y con grandes pechos. Les ponían también un prominente abdomen, producto de los muchos embarazos y con acúmulos grasos en nalgas y muslos, que eran los reservorios en tiempos en los que la alimentación era insuficiente.
¿Hay diferentes tipos de mama?
Hay cuatro clasificaciones. Las mamas en platillo, que son aplanadas y de poca prominencia; las semiesféricas, que son medias esferas; las cónicas, que son como medios limoncitos, y las de tipo ubre de cabra.
¿Se distribuyen de alguna manera por continentes o etnias?
Las de platillo y semiesféricas son propias de los pueblos caucasoides, donde incluiríamos mayormente a los que llamamos raza blanca. Están en Europa, norte de África y llegan hasta oriente y la India. La siguiente, la cónica, es más de la zona oriental y de China, y las de ubre de cabra son propias del África subsahariana.
¿Ha variado la estética de la mama?
Muchísimo. En las épocas antiguas, en las poblaciones por ejemplo que no utilizaban ropaje, las mamas solían caer y estar aplastadas. Eran como una especie de tortilla colgante y eso no le importaba a nadie. ¿Por qué? Porque la estética es educacional. Es a partir del siglo XVIII con la aparición de los corsés en Europa, cuando se empieza a levantar el pecho y se comienza a relacionar esa imagen con la de una jovencita.
Pero hay poblaciones que aún hoy no utilizan sujetadores ni corsés.
Si, es verdad. Hay etnias que no solo no les importa que estén aplastadas sino que promueven que eso sea así. En muchas regiones de África, las mujeres llevan a sus pequeños a la espalda en una especie de pañoleta con la que prensan también sus pechos. Las mamas van como fajadas, es una práctica muy extendida.
Pechos fajados, será una práctica extendida pero dolorosa, ¿no?
Peor es lo que hacen en Camerún, donde llevan a cabo una práctica abominable que debería erradicarse.
¿Cuál?
El planchado de los pechos. Bueno, se le llama eufemísticamente planchado, pero en realidad es una especie de quemado. Se emplean objetos calientes para aplastar la mama. Lo hacen a las niñas cuando le empiezan a aflorar las mamas.
¿Y por qué hacen esa barbaridad?
Para que las púberes no sean vistas sexualmente apetecibles y evitar relaciones sexuales precoces y, sobre todo, los matrimonios forzados a edades tan tempranas.
Todo muy trágico y violento hacia las mujeres.
Sí.
Hablaba antes de sostenes, ¿cuándo se crearon como tales?
El antecedente del sostén europeo está en la isla de Creta, donde en el año 500 antes de Cristo las mujeres usaban vestidos acompañados de una chaquetilla, una especie de torera, que dejaba el pecho semi-descubierto y levantado.
¿En qué momento las mamas pasan de ser un elemento fecundativo a ser algo más sexual y estético?
A mi entender es en la época cretense donde empieza el gusto estético por los pechos. Las cretenses lo que hacen es levantarlo, mantenerle su forma y exhibirlo.
¿Y ahora en qué fase estamos?
Hay un exceso de estética, y de una estética mala y perjudicial para las mujeres. Ahí están esos casos de chicas que se han implantado unos pechos furibundos que meten miedo.
Antropológicamente, ¿qué peso han tenido los pechos en la historia de la Humanidad?
Muy alto. Ahora por ejemplo se utilizan para impresionar y llamar la atención pero, como le decía, en el Paleolítico eran una suerte de representación fecundativa. También han sido fuente de torturas y aberraciones. En los tiempos de las persecuciones de época romana contra la comunidad cristiana hubo mucho de esto.
En su conferencia hablará también de lactación, ¿no?
Si, me voy a referir a cómo cambió la lactación a partir del descubrimiento de las leches artificiales. Durante años, cuando las mujeres no tenían leche buena para dar de mamar recurrían a las nodrizas. Por cierto, las asturianas estaban en segundo puesto detrás de las cántabras. Eran muy buenas nodrizas.
Ah, ¿si?
Las familias pudientes iban mucho al Valle de Pas, en Cantabria, en busca de nodrizas, y luego a Asturias. Cayetana de Alba, cuando la trajeron siendo bebé al Palacio Real de Madrid para bautizarla, vino con una nodriza.
¿Y era asturiana?
Creo que era cántabra. Pero hay otra cosa más simpática en esto de lactar, ¿sabe lo que es la lactancia geriátrica?
No, pero por el nombre me lo imagino.
En tiempos antiguos y no tanto se daba de mamar a los viejecitos.
¡Puag!
Si, porque entendían que si la leche era buena para un niño lactante que no comía otra cosa, ¿por qué no para un anciano? Hay personajes históricos notabilísimos: el Gran Duque de Alba, don Fernando Álvarez de Castro, que estuvo en Flandes y que fue el terror de las guerras que tuvimos en aquellos sitios en el siglo XVI y que sirvió, entre otros a Carlos V. Este hombre glorioso terminó su vida con problemas que le impedían comer y le lactaron las nodrizas. Lo mismo le pasó el rey Enrique IV de Francia, que había sido un pendón verbenero toda la vida, lleno de enfermedades venéreas y con todo su poder real tuvo que terminar siendo amamantado.