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Oncología médica de Cabueñes. Luisa Fernández, Virginia Galeazzi, Maite González, Fabiola López, Virginia Reguero, Roberto Fernández (jefe del servicio), Maite Gutiérrez, Gloria Paredes, Ana Cruz, Pilar de la Roz y Teresa Sampedro. JUAN CARLOS TUERO

7.471 nuevos casos de cáncer en un año

Pese a la mayor incidencia, la mortalidad baja y la tasa de curación supera el 60%. «Contrarrestamos la enfermedad con mejores armas terapéuticas» | El envejecimiento y los hábitos de vida explican que los diagnósticos sigan en aumento

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Martes, 4 de febrero 2020, 02:44

Miedo. Miedo a lo desconocido. Al qué vendrá después del mazazo que supone el diagnóstico. 7.471 personas pasaron el año pasado por esa situación en Asturias. Según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer, 4.279 hombres (el 57%) y 3.192 mujeres. La cifra de nuevos casos de cáncer detectados en la región sigue una línea ascendente desde hace años. Es la consecuencia del progresivo envejecimiento de la población. «Es una enfermedad propia de la especie humana y es inherente que al envejecer desarrollemos nuevas enfermedades, entre ellas el cáncer», señala el jefe de oncología médica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Emilio Esteban. Pero el crecimiento de la incidencia del cáncer entre la población asturiana también es la consecuencia de unos hábitos de vida poco saludables: «Si pudiéramos erradicar el consumo del tabaco, la incidencia de muchos tumores se reduciría notablemente», anota Roberto Fernández, jefe de oncología médica de Cabueñes, que advierte del cada vez mayor número de mujeres que se ven en consulta con un cáncer de pulmón.

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Ellos son dos de los veinticinco especialistas en oncología médica del Servicio de Salud del Principado que, a diario, como los diecinueve compañeros del servicio de oncología radioterápica, emplean todos sus esfuerzos en una lucha contra el cáncer «que no tiene tregua». Es una tarea en la que colaboran también de forma determinante enfermeros, auxiliares, técnicos, radiofísicos, personal de administración... «Son todos una maravilla de equipo. Llegas aquí con miedo, pero el trato que recibes de todo el personal hace que te sientes mejor», dice agradecida Isabel González, a tratamiento con quimioterapia en el Hospital de Cabueñes por un cáncer de colon. A su lado, Marta García, que ese día acompaña a su madre, Carmen, durante la sesión, lo corrobora: «El personal es encantador y muy profesional».

Trabajo «vocacional»

«La gente percibe que aquí no hay horario. Que este es un trabajo vocacional», admite los halagos Emilio Esteban en nombre de los otros dieciséis oncólogos que componen el equipo médico (además de los médicos residentes). Creado a finales de los años 60 y pionero «en España y en Europa», recibió el año pasado la certificación internacional ASCO-QOPI, la máxima que se concede por la calidad en el tratamiento de personas con cáncer. El del HUCA es centro de referencia en consejo genético -el año pasado hubo 1.200 primeras visitas a esta unidad que protocoliza los cribados en familias con riesgo de cáncer por razones hereditarias-, sarcomas y tumores de sistema nervioso central y cuenta además con una unidad de ensayos clínicos vinculada a la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (FINBA). «Abarcamos las tres funciones, la asistencial, la investigación básica y clínica y la docencia pregrado y postgrado», subraya Esteban. El año pasado, oncología médica del HUCA diagnosticó y trató a cerca de 2.200 pacientes.

En Cabueñes, centro de referencia para las Áreas Sanitarias V y VI -excepto en tumores del sistema nervioso central, hematológicos y sarcomas de huesos ni de partes blandas- fueron otros 900. Su actual responsable, Roberto Fernández, lleva en el servicio desde su fundación, en septiembre de 1991. Desde 2010, el trabajo se aborda en comités multidisciplinares en los que, además de especialistas en oncología médica, participan profesionales de oncología radioterápica, cirugía, patología, radiología, psicología... «Todas las especialidades que manejan pacientes con cáncer. Es básico funcionar así». El año pasado se abordaron en estos comités 4.262 casos. Oncología médica se encarga de aquellos para los que se indica un tratamiento mediante quimioterapia, hormonoterapia o inmunoterapia.

La más reciente unidad de oncología médica del Principado es la que se abrió en el Hospital San Agustín en 2003 y que el año pasado diagnosticó 300 nuevos casos en las Áreas Sanitarias III y I. Centrada en tumores de mama y colorectales, desde 2018 -año en que se incorporó una tercera oncóloga- aborda también cánceres de ovario y gástricos. Como sus colegas, la doctora Paula G. Teijido incide en la importancia de llevar unos hábitos de vida saludables como método de prevenir el cáncer (hacer ejercicio, evitar el sobrepeso, no fumar). Y anima a participar en los estudios de cribado, porque «las tasas actuales son relativamente bajas, como vemos en el caso del cáncer colorectal».

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Habla también Teijido de la importancia de «normalizar el diagnóstico» y de enfrentarse a la enfermedad «con la mayor tranquilidad posible». Porque, coinciden los oncólogos, la tasa de curación supera el 60%. «A pesar de que hay una mayor incidencia, la mortalidad está disminuyendo y la curabilidad aumentando. Eso significa que estamos contrarrestando la enfermedad con mejores armas terapéuticas. No nos conformamos con prolongar la vida de los pacientes, sino que buscamos mejorarla, darles una mayor calidad de vida», resume Emilio Esteban.

Nuevo acelerador en Jove

En cuanto al abordaje de los tumores mediante radioterapia, el desarrollo tecnológico de los últimos años «nos ha permitido tratamientos más radicales con muy poca toxicidad. Ahora somos más precisos en las técnicas que tenemos», destaca Germán Juan Rijo, jefe del servicio de oncología radioterápica. Las dos unidades de este servicio, la del HUCA y la de Jove, atendieron el año pasado a cerca de 2.700 pacientes, el 30% de ellos en el hospital concertado de Gijón, que en un par de meses estrenará un nuevo acelerador lineal que sustituirá al aparato con el que arrancó el servicio en 2006 y permitirá dar la misma asistencia a los pacientes del Área Sanitaria V que a los del HUCA.

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De momento en exclusiva en el Central, se aplica además la denominada braquiterapia, en la que se recurre a cavidades anatómicas internas para irradiar desde dentro el tumor. El año pasado, 311 pacientes recibieron esta terapia en los radioquirófanos del servicio. La mayoría presentaban tumores ginecológicos (137) y de próstata (161).

Y el Central es también uno de los pocos hospitales que cuenta con un equipo de radioterapia intraoperatoria. Con esta técnica se irradia la zona donde está alojado el tumor en el mismo momento de la intervención para eliminarlo. Es decir, que el paciente entra en quirófano para que le extirpen el tumor y ya sale con la radioterapia hecha. Su utilización conlleva ventajas. Por un lado, «permite dar una dosis muy grande, en una zona muy concreta evitando la toxicidad» en otros órganos y partes del cuerpo. Por otro lado, se evita que los pacientes tengan que acudir a sesiones de radioterapia externa tras la intervención. En casos de cáncer de mama «estamos hablando de unas veinte o veinticinco sesiones».

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