La torre de control asturiana no detecta a los aviones por debajo de 1.200 metros

Un avión comercial procede a su aproximación al aeropuerto de Asturias. Cuando baja de los 4.000 pies, o, lo que es lo mismo, cuando se acerca al suelo a 1.200 metros, 'desaparece' para los profesionales de la torre de control de Asturias. Saben que está. Existe contacto con él, pero, desde abril, no tienen constancia de su presencia en el radar. Lo mismo sucede con todas las aeronaves que operan desde La Morgal. Hace cuatro meses que la torre no 've' nada de lo que se mueve en los cielos asturianos por debajo de esa altura. «En algunos zonas, muy concretas, los perdemos ya a 6.000 pies». Es decir, a 1.800 metros.

El motivo no es otro que el 'apagón' del radar de multilateración, un dispositivo del que el aeropuerto de Asturias fue pionero. Se instaló en 2009. En aquel momento, la propia Aena lo calificó como «el equipo más moderno del mercado y único en España». Después del de Asturias vendrían los de Mallorca, en 2010, y los de Barajas y El Prat, activados en 2012.

Con este sistema, los controladores asturianos pueden 'ver' todo lo que se mueve en 50 millas a la redonda. Lo consiguen gracias a las diez antenas que conforman el dispositivo. Seis de ellas están repartidas a ambos lados de la pista del aeropuerto asturiano. Las otras cuatro se han ubicado en puntos sensibles de la complicada orografía asturiana: Cudillero, Cabo Peñas, Picu'l Sol y el pico Gorfoli. Las antenas mantienen una 'conversación' con las aeronaves e indican a la torre el lugar exacto en el que se encuentra.

Así fue hasta el pasado mes de abril. Hoy «estamos como en el siglo pasado. Es un grave problema de seguridad», aseguran controladores asturianos. Hace cuatro meses, Enaire, responsable de la navegación aérea tras quedar Aena con la red de aeropuertos, sacó a licitación la renovación del sistema. Por 614.140 euros y un plazo de máximo de diez meses la empresa adjudicataria debía renovar el software de las antenas. Pese al plazo oficial, a la torre de control se le notificó que la 'desconexión' de las antenas duraría solo dos meses.

Sin embargo, en las semanas anteriores al Festival Aéreo de Gijón, que el 22 de julio reunió sobre la playa de San Lorenzo a todo tipo de aeronaves, con los caza del ejército como protagonistas, los controles advirtieron de que sin la multilateración «el festival no podría celebrarse», ya que es imprescindible «que podamos ver a todas las aeronaves para la coordinación de todas».

La amenaza surtió efecto «y el 20 de julio se activó la señal», desconectada «días después». Desde entonces, el aeropuerto de Asturias carece de sistema de vigilancia de las aeronaves, «con lo que estamos como antes, con la señal de los radares de Solorzano (Cantabria), Espiñeiras (Galicia) y Valdespina (Valladolid).

Una información que deja «a ciegas las operaciones por debajo de los 4.000 o 6.000 pies. Es imprescindible conectar la multilateración de nuevo». Porque, explican los técnicos, «nada tiene que ver este radar con las ayudas a la navegación, como pueden ser el VOR o el ILS», en referencia a los sistemas que muestran al piloto dónde está la pista, incluso con nula visibilidad.

Pese a que esos sistemas funcionan, en caso de niebla, «como ocurrió el mes pasado», las cancelaciones «se multiplicarán, ya que desde la torre no vemos a los aviones y lo principal es garantizar la seguridad, muy complicada en las aproximaciones».