

Secciones
Servicios
Destacamos
Estudiantes de la Universidad de Oviedo se pusieron en contacto con él. Querían que les hablara de la psicopatía. Y lo hizo, ante un salón ... repleto y un gran interés. No se lo esperaba, aunque sabe que «si la charla se hubiera titulado 'Cómo tratar con un altruista', en lugar de '¿Cómo enfrentarse a un psicópata? Guía para tratar con ellos', el interés hubiera sido mucho menor». La bondad no vende, concluimos en esta charla. De bondad, de maldad y de psicopatía sabe mucho Gabriel Ledo Suárez, psicólogo de Instituciones Penitenciarias y responsable de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del Centro Penitenciario de Asturias. ¿Lo peor de esta conversación? Darte cuenta de que todos podemos tener algún psicópata cerca y de que cualquiera de nosotros podemos tener rasgos.
–Antes de nada, aclaremos: ¿Los psicópatas son enfermos mentales?
–Si tomamos el modelo biomédico y buscamos en el libro que usan todos los psiquiatras para calificar los trastornos mentales, la psicopatía no está dentro del manual diagnóstico. Sí está el trastorno antisocial de la personalidad, el que más manejamos en la prisión. Pero hay una pequeña diferencia entre la definición clásica de la psicopatía y del trastorno de la personalidad: el antisocial hace más énfasis en el comportamiento agresivo, impulsivo, de violación de los derechos de los demás, y no tanto en el componente afectivo, que es más definitorio de la psicopatía.
–¿Cuáles son sus rasgos?
–Ausencia absoluta de empatía hacia cualquier víctima o cualquier persona; afecto superficial, es decir, las relaciones que tiene con las personas son instrumentales y nunca profundizan en una relación de afecto; el narcisismo y el encanto, lo que les hace ser muy manipuladores...
–Habla de narcisismo, manipulación... Todos podemos conocer a gente así y supongo que no todos son psicóptas.
–Hay que tratar de no caer en lo que se conoce como el 'síndrome del estudiante de medicina': ver unos síntomas e inmediatamente atribuírtelos. Podemos empezar a ver psicópatas sólo con uno o dos rasgos. Mucha gente tiene rasgos psicopáticos, pero es la combinación de todos ellos en una sola persona lo que convierten a alguien en un psicópata. Hay una frase de Vicente Garrido, autor al que sigo mucho, muy gráfica: «La maldad no es patrimonio de los psicópatas». Hay mucha gente mala, con independencia de que sea psicópata o no.
–Entiendo que hay psicópatas que no son delincuentes y que no todos los delincuentes son psicópatas...
–Correcto, esa es la clave. Buena parte de la población penitenciaria con la que trabajamos no encaja en el perfil de la psicopatía. Es cierto que hay una mayor concentración, pero es la minoría dentro de la prisión, donde hay mucho descerebrado, muchos chavales con una trayectoria de vida muy difícil, con circunstancias de muchas carencias, que acaban delinquiendo. Esos son los casos que más conozco. Hablar de los psicópatas integrados me resulta más difícil, porque tengo la misma experiencia que cualquier ciudadano, ya que a esos no los interviene ningún profesional, pasan desapercibidos.
–Supongo que, por sus propios rasgos, no identifican que tengan un problema.
–Claro, una de sus características es la no asunción de la responsabilidad. Tiene dos sesgos cognitivos muy claros: el egótico, que le hace suponer que todos los elementos positivos son atribuibles a su responsabilidad, e incluso se apropia del trabajo de los demás; y el otro sesgo es, por el contrario, que deriva la responsabilidad de cualquier error en los otros. Siempre hay una excusa, un culpable.
–Pero sí hay casos de delincuentes a los que se diagnostica un trastorno mental.
–En prisión hay un porcentaje importante de gente que tiene trastornos psicóticos, como la esquizofrenia, donde hay un problema de salud mental grave. Otras personas ingresan con problemas de ansiedad, dificultades en el control de impulsos, trastornos adictivos la inmensa mayoría... El gran problema de la vida delictiva está relacionada, íntimamente relacionada, con el tráfico y consumo de drogas y los entornos adictivos, y de ahí se derivan después muchos problemas cognitivos, de ansiedad. Pero lo más habitual son los trastornos de la personalidad: el antisocial, el narcicista y el trastorno límite de la personalidad.
–¿Como podemos defendernos de estos perfiles?
–Con tres elementos a tener en cuenta antes, durante y después. Lo más importante es la distancia respecto a ellos y el compromiso con unos valores, con una jerarquía moral bien asentada. Es el antídoto para el encuentro con el psicópata y con otros muchos males que nos pueden ocurrir en la vida. Hay que intentar evitar el encuentro cuando identificas o detectas a esa persona. Nuestro proceso de socialización normal, que nos pone en contacto con cientos o miles de personas, nos debería permitir identificar las personas que nos parecen buenas de las que nos parecen malas.
–¿Y el después?
–Recomiendo la obra de Viktor Frankl 'El hombre en busca del sentido'. Tras el encuentro hay que saber gestionar las dificultades, el dolor que nos han hecho pasar. Si lo que caracteriza a un psicópata es la voluntad de poder y de placer, lo que caracteriza a una persona normalizada es la voluntad de sentido. Frankl pasó por campos de concentración y superó una situación muy difícil en Auschwitz: estuvo a un metro de Mengele, el psicópata por antonomasia, mientras éste decidía si moría o vivía. Al final, sobrevivió. Hay que aplicar básicamente sentido común: proyectarse a una vida con sentido, hacia los demás, hacia las personas que nos importan, y hacia lo otro, hacia nuestros temas de interés. Y luego hay otro elemento clave: saber llevar las situaciones difíciles con dignidad. He tenido encuentros con personas que podemos calificar como psicópatas o con muchos rasgos piscopáticos, pero hay que intentar salir fortalecido, aprender de la condición humana.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.