El asturianismo vuelve a la calle para exigir la aprobación de la oficialidad
Podemos resta importancia al rechazo de la propuesta fiscal por parte de la FSA: «Lo importante es que la negociación avanza»
CLARA G. SANTOS
OVIEDO.
Viernes, 4 de febrero 2022, 01:00
«Tamos fartos d'esperar». Así lo expresaban algunos de los asistentes a la concentración por la oficialidad convocada por la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana. Cerca de mil personas -según estimaciones policiales- rodearon ayer la Junta General del Principado enarbolando una misma bandera. Se trataba de una concentración simbólica para exigir al Partido Socialista la «valentía política» de acometer la reforma estatutaria. Incluso en un momento como el actual en el que los apoyos políticos parecen cada día más endebles.
En este sentido, el movimiento asturianista prefiere no ceder al derrotismo y cree que todavía hay margen para que opere el milagro. «Se cumplen cuarenta años del Estatuto y ya va siendo hora de declarar una oficialidad que reconozca los derechos de los hablantes y no ponga más trabas de las que hay», explicó Xosé Candel, portavoz de la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana.
Entre los asistentes se encontraba también Rafael Palacios, portavoz de Podemos en la Junta, que celebró que la negociación siga su curso y restó importancia al rechazo de la FSA a la propuesta fiscal de que hace unos días presentaba su partido. «Nuestra propuesta tenía por único objetivo poner en marcha la mesa de negociación». Ahora la pelota está en el tejado socialista a quien corresponderá elaborar otra propuesta y convocar nuevamente a los partidos.
Cuestión de derechos
Y mientras en los despachos se decide el futuro del asturiano, en las calles los ciudadanos a favor de la oficialidad miran con recelo un proceso que, por mucho que los políticos se nieguen a afirmarlo públicamente, está ya a un paso de confirmar su fracaso.
Para Andrés Fernández la oficialidad es una cuestión de derechos. Este joven de Morcín no pudo completar su educación en asturiano porque se encontró con multitud de trabas para ello. «Mientras el asturiano no sea oficial no estaremos en igualdad de condiciones», expresaba. Para él, el estado de las negociaciones constata la desidia política. «El problema es que quienes no lo hablan siguen viendo la oficialidad como una cuestión menor cuando lo que está en juego es la lenguade nuestros abuelos, una genealogía», sentenció.