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Como ocurre en casi todas las estadísticas, la de Condiciones de Vida que hoy publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) se puede ver ... desde perspectivas optimistas o pesimistas. El hecho, con todo, es que cumplido el primer cuarto del siglo XXI, y con el plazo para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 a la vuelta de la esquina, el riesgo de pobreza y de exclusión social sigue atorando a buena parte de la sociedad asturiana y española.
Hoy, en Asturias, un 25,2% de la población tiene que renunciar a al menos dos conceptos de una corta lista que define situaciones de vida duras, por lo menos desde el punto de vista de un ciudadano de la vieja Europa. Según la estadística elaborada por el INE, uno de cada cuatro asturianos evita poner la calefacción el tiempo suficiente para que su casa tenga una temperatura aceptable -lo que no deja de añadir dificultades, por el incremento consiguiente de dolencias- y también renuncia, cuando acude a hacer su compra habitual, a adquirir productos frescos de carnicería o pescadería. Dicho de otra forma, que no puede comer carne o pescado frescos, ni siquiera los más baratos. Y no es que no pueda cada día. La estadística elaborada por el INE sitúa el requerimiento aún por debajo de eso. No puede ni una vez cada dos días.
Las renuncias que tiene en cuenta el INE para esta estadística pueden ser otras, pero la lista es muy corta. En lugar de la calefacción o el acceso cada dos días a proteínas de origen animal, las carencias que se estudian son también no poder permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, carecer de la capacidad para afrontar gastos imprevistos, tener retrasos en el pago de gastos básicos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos, o no poder permitirse, la unidad familiar, disponer de un automóvil.
Y ojo, que hasta 2021, esta estadística incluía también a personas que no pudieran disponer de un teléfono, un televisor en color o una lavadora. Eso ya no es así, porque quienes elaboran este estudio asumen que todos los hogares españoles cuentan con estos servicios. Es mucho suponer, teniendo en cuenta, por ejemplo, el auge de los negocios de lavandería 'self-service'.
Dicho esto, hay que aclarar algunos aspectos. A ese 25,2% de Asturianos que no pueden hacer frente a dos de esas necesidades hay que añadir que el 14,3% no tienen la capacidad adquisitiva para tres de ellas, y que hay un 6,8% que están en situación aún peor, no pudiendo hacer frente a cuatro de esa corta lista. Estos se corresponden casi al decimal con las personas en riesgo de carencia severa. Y no son pocas. En Asturias rozarían, según ese porcentaje, las 69.000 personas, mientras que en la primera categoría, la de la doble renuncia, se encontrarían más de un cuarto de millón de los asturianos. Uno de cada cuatro vecinos de su portal, o de su pueblo. Quizá usted mismo.
¿Hay que suponer que Asturias está peor que el resto de España? Pues no... y sí. No, desde el punto de vista directo de esta estadística concreta, pues el 25,2% de asturianos que tiene que renunciar a dos de esas necesidades se convierten en el 32,7% cuando se habla de España. Los que no pueden hacer frente a tres son el 14,3% en Asturias y el 18,4 en la media del país. Y a cuatro, el 6,8% en Asturias y el 8,4% en España.
Pero sí, desde el punto de vista de la tendencia. Una de las causas importantes de que una persona llegue a sufrir carencias económicas es la soledad no deseada. Las personas que acaban viviendo solas sin tener la intención de hacerlo, bien por viudedad, bien por alguna otra causa sobrevenida. Y cuando una persona que vivía en familia en un hogar se encuentra conque sólo con sus propios ingresos tiene que hacer frente a los gastos básicos de dicho hogar, en muchas ocasiones su capacidad adquisitiva se ve muy afectada.
Pongamos cifras. Hace tan solo un lustro, en Asturias vivían solas 144.523 personas. A 1 de enero de 2025 son 8.521 más, al punto de que los hogares unipersonales son ya de forma muy destacada los más habituales de Asturias. Aunque no le van muy a la zaga las viviendas con dos ocupantes, que hoy son 143.523.
En cambio, los hogares con tres o más ocupantes siguen en un lento pero permanente declive, que hace que las de tres sean apenas 90.763 y las de cuatro o más (la clásica familia con dos o más hijos, en riesgo de extinción) apenas sean 66.954 casos en toda Asturias.
Este fenómeno, unido al hecho de que año tras año Asturias se mantiene como la comunidad autónoma con la población más envejecida y con la peor tasa de natalidad (constantemente por debajo de 1 hijo por mujer en edad fértil), lleva a que, pese a que los asturianos tienen una renta media por persona algo superior a la media nacional (16.201 euros en Asturias frente a 14.807 euros por persona y año en la media del país), los hogares asturianos tengan más de 1.200 euros menos disponibles al año que la media nacional (porque la media de personas por hogar es la más baja del país).
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