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Panorámica de Herías, parroquia de Illano formada solo por mayores de 75 años en todas sus aldeas. CAROLINA SANTOS
Los concejos despoblados claman por más financiación e internet «como en la ciudad»

Los concejos despoblados claman por más financiación e internet «como en la ciudad»

«No puede ser que un regidor se pase la vida peleando para que no le quiten un médico», lamenta el alcalde de Illano

RAMÓN MUÑIZ

GIJÓN.

Martes, 9 de abril 2019, 04:32

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En una hora de maniobras un camión de la basura vacía los cubos de un barrio de Oviedo; en Somiedo el mismo vehículo gastará dos días de gasoil para llegar a una población semejante. Ponga tiene un solo funcionario para atender las carreteras del concejo, el alumbrado y las fugas de agua. El ordenador del alcalde de Illano tiene internet, claro, pero a veces se queda dos días sin conexión.

La despoblación se ha colado en la precampaña electoral y Asturias tiene mucho que decir en este aspecto. El último nomenclator de la Sociedad asturiana de estudios industriales y económicos (Sadei) eleva a 755 las aldeas, caseríos, barrios y lugares que se han quedado sin vecinos. Son 214 más que al inicio de siglo, con lo que el abandono avanza a un ritmo de once pueblos al año. El problema es mayor. Un estudio del especialista José María Delgado Urrecho concluye que el 73% de los concejos están en la categoría de «territorio con problemas de despoblación y envejecimiento», la mayor proporción del país.

La sangría demográfica avanza en todos los frentes, aunque tiene epicentros notables. En cada kilómetro de Ponga hay 2,9 vecinos mientras Avilés está mil veces más poblada. En Europa solo hay cinco sitios más vacíos que el concejo del suroriente: Islandia (1,2 vecinos cada mil metros cuadrados), la provincia noruega de Finnmark (1,6); Lappi, en Finlandia (1,9) y dos distritos suecos (2,6).

«Esto es la pescadilla que se muerde la cola. El sistema de financiación a los municipios está hecho de forma que cuantas menos personas tienes menos te ayudan, y como te ayudan menos, das menos servicios y acabas teniendo menos población», lamenta Marta Alonso, alcaldesa pongueta. Un ejemplo: cuando el padrón pasa de los mil vecinos, el Principado financia la biblioteca. «Nosotros la tenemos, pero no subvencionada. Sí nos dan para comprar libros», informa.

Illano, Pesoz y Somiedo le acompañan en el ránking de concejos deshabitados y sus regidores coinciden en el diagnóstico. «El fondo estatal para municipios tiene un mecanismo corrector que funciona al revés. Si a mí me dan 100 euros por cada habitante, a Siero y a Avilés les dan 140, siendo aquí los servicios más caros de financiar», expone el regidor somedado, Belarmino Fernández.

«Tienen que tomarse esto en serio de una vez, no puede ser que el alcalde se pase la vida peleando para que no le quiten un médico a 300 habitantes de aquí, a los que ese profesional les hace más falta que a los vecinos de un núcleo grande», apunta el primer edil de Illano, Leandro López.

Frenar el despoblamiento obliga a contar con una financiación que atienda los sobrecoste de tener a la población dispersa. Que evite que Ponga, por ejemplo, siga sin un vehículo municipal y tenga que ser la alcaldesa la que use su coche para recoger alimentos de Cruz Roja en otro concejo.

«Sin tecnología, marchan»

Reclaman dinero y banda ancha. «Podríamos tener a gente trabajando desde casa, pero no hay buena conexión ni en el propio Ayuntamiento. Nos pasamos horas para tramitar algún documento con otras administraciones y hay zonas en las que los móviles no tienen cobertura; necesitamos internet como el de una ciudad», incide Marta Alonso. «Sin tecnologías punta no hay nada que hacer, los jóvenes marchan», avala su colega illanés.

El anhelo de todos está a punto de conseguirlo Somiedo. «Durante años nos dijeron que era carísimo traer fibra óptica, pero gracias a que EdP la puso en una de sus centrales, la hemos conseguido extender por 30.000 euros», explica Belarmino Fernández. Ahora acaricia la idea de atraer a profesionales que trabajen con el ordenador y primen la calidad de vida. «Pueden terminar su jornada y pasear por un parque natural». En unos meses se asentará Zapiens, firma que desarrolla tecnología para móviles.

Todos creen que no es tarde, que aún se puede revertir la situación, pero exigen ir más allá de los discursos. «En campaña electoral es muy peligroso pedir nada o que hagan promesas; lo que tienen que hacer es venir luego al pueblo, conocer la realidad, sentarse con los alcaldes, aprender que no todos tenemos el mismo problema ni la misma solución», plantea Leandro López. Lleva 32 años peleando por ello y tras las elecciones cederá el bastón de mando. Para que otros tomen el testigo en esa batalla.

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