Asturias con diez veces más contagios que hace un año, pero siete menos de muertes y la mitad de ingresos
La vacunación masiva hace que la actual ola de la covid no tenga la letalidad de la de hace un año pese al mayor número de contagios
El 22 de diciembre de 2020, el Gordo de la Lotería de Navidad no se dejó ver por Asturias. Hace un año, los pocos premios que el sorteo navideño dejó caer en el Principado apenas sirvieron para consolar a una región inmersa en la segunda ola de la pandemia de coronavirus, con 271 personas ingresadas en plantas hospitalarias, otras 69 en estado crítico, en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) y, lo más duro, ocho víctimas mortales. Hace un año, todos sabían que no habría ni Navidad ni Nochevieja, salvo con personas convivientes. Porque a esas cifras que asustaban se unían los cien contagios diarios, las 4.966 PCR que se hacían y una tasa de positividad del 2,8.
Un año después las cifras son muy distintas, pese a que no lo parezca. Porque de nuevo tiene hoy Asturias las navidades congeladas. Tras avanzar diciembre a trompicones, con ordenar, después del puente, que la hostelería y los gimnasios dispongan de medidores de CO2, batir récord de contagios, hasta los 1.016 del pasado día 22, el Gobierno regional decidió en Nochebuena que no solo aprobaría el pasaporte covid que entra en vigor hoy, sino que desde mañana queda cerrado el ocio nocturno y no puede haber restauración más allá de la una de la madrugada.
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Una decisión basada en el récord de contagios que, ciertamente, supone multiplicar por diez el número de casos que había solo hace un año. El 22 de diciembre de 2020, se contabilizaron cien nuevos casos de covid. El 22 de diciembre de 2021 fueron 1.016.
Más casos, menos graves
Sin embargo, el número de muertos es siete veces inferior, y el de ingresados casi la mitad. Si hace un año fallecieron ocho personas el 22 de diciembre debido a la covid, el miércoles pasado la pandemia se cobró una víctima mortal.
Si hace un año había 271 personas hospitalizadas y 69 en estado crítico, a las puertas de la Nochebuena de 2021 la cifra de enfermos en planta se quedó en 161 y la de ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs) en 48. Un 40,5 y un 30% menos, respectivamente.
Los expertos explican el vuelco en las cifras en dos causas. Por un lado, la masiva vacunación, de la que Asturias ha sido cabecera del país y de Europa.
En estos momentos, a día 24 (última cifra oficial publicada) tienen la pauta completa de vacunación 873.831 asturianos, lo que supone el 85,77% de la población del Principado. Con la dosis de recuerdo, la tercera vacuna que, de momento, ha llegado a los mayores de 50 años, hay ya 408.196 personas, el 72,65% de la población con el medio siglo cumplido. Hace un año, la vacunación era cero. No había.
Porque no fue hasta el 27 de diciembre cuando, a las 10.25 de la mañana, Pepita Paleo, de 80 años y residente en la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón, se convirtió en la primera asturiana en recibir una dosis de suero anticovid. «Los que todavía tengan dudas, que se animen, que se la pongan. Es por el bien de todos», decía animada tras recibir el pinchazo de Pfizer.
Por otro lado, está el proceso natural del propio virus. La covid-19, como el resto de coronavirus, va perdiendo fuerza a medida que pasa el tiempo y muta. La actual variante, la ómicron, tiene como característica que es mucho más contagiosa que el resto de 'hermanas' (se la sitúa al nivel del sarampión), pero «es mucho menos virulenta (que infecta menos) y letal (mata menos) que las otras cepas», explica el epidemiólogo y responsable de la Unidad de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos. «Si todo sigue su curso, en Occidente, la covid será el próximo invierno un resfriado común».