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Asturias estrenará sala Gesell en junio. Será la tercera, tras las abiertas en los juzgados de Gijón y Langreo, y la primera fuera de un ... órgano judicial. Estará ubicada en la planta superior del Centro de Crisis para Víctimas de Agresión Sexual, el pionero centro que el Principado puso en marcha el 25N de 2020, en plena pandemia, y que desde diciembre pasado ocupa una nueva sede, más amplia, en La Corredoria. La sala Gesell es el instrumento más moderno para grabar la declaración de la víctima, en un entorno seguro y con la presencia, en una sala aledaña, de los operadores jurídicos implicados en el proceso. Es lo que se conoce como prueba preconstituida.
«Queremos crear esa sala amable para mejorar las condiciones en las que se escucha a la víctima. Una sala amable que servirá para tomar declaración a las menores, a las mujeres vulnerables para que puedan hacerlo en un entorno acogedor, facilitador, alejado del miedo y la revictimización que en muchas ocasiones implica tener que testificar en otros espacios».
Así lo anunció la vicepresidenta del Principado, consejera a su vez de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo. Gimena Llamedo realizó estas declaraciones en la apertura del III Congreso de Prevención de la Violencia de Género que, por tercer año consecutivo, el Instituto Asturiano de la Mujer organiza en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón. Este año, con récord de participación, con medio millar de asistentes. «Es una cita consolidada», señaló Llamedo, quien apuntó que el espacio de nueva creación en la planta superior del Centro de Crisis será, a su vez, «una sala para mejorar la formación en la atención a las mujeres víctimas de violencia». Del centro apuntó, también, que lleva atendidas, desde su apertura, «a más de 800 víctimas, de las que 185 son menores. Dos de cada diez de atenciones son a menores». En el nuevo centro se ampliará plantilla «tres profesionales, una psicóloga, que ya está trabajando; una abogada, que se incorporará, como una trabajadora social».
Respecto a la cita que, desde las 10 horas del sábado 26 de abril y hasta las 14 horas del domingo 27 de abril, unirá en Gijón a expertos en violencia machista y profesionales de todas las entidades vinculadas a frenarla, la vicepresidenta aseguró que «era un objetivo del Gobierno de Asturias, no solo el trabajo que hacemos en prevención e intervención, sino también reforzar la formación y estos espacios de encuentro y reflexión son necesarios«.
El encuentro, que estuvo presidido por la Secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Aina Calvo, y en el que también participó la directora general de Igualdad entre Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Gijón, Goretti Avello, sirvió también para hacer un homenaje «a Karilenia Ch., la mujer asesinada el 31 de enero en Langreo, la primera víctima de violencia machista del año, que ha dejado dos huérfanos y una herida que aún duele», recordó Gimena Llamedo. Habló de aquella noche, como una «de horror», en la que, no obstante, pudo conocer «a dos mujeres jóvenes que intentaron impedir el asesinato. Ellas, como tantas otras mujeres, decidieron dar un paso y no mirar hacia otro lado». Algo que, dijo, «es la clave: no mirar hacia otro lado. No permitir que el machismo se normalice».
Porque, como dijo, «aunque los datos indican que los feminicidios van bajando, mientras haya una sola mujer asesinada por violencia de género nos tenemos que movilizar», apuntó en un momento, dijo, «especialmente complicado, en el que todavía, en 2025, tenemos que decir que la violencia machista existe». Como lo prueban las 483 personas que «en 2024 tuvieron que ser acogidas en la Casa Malva, el emblema de la Red de Casas de Acogida, que acaba de ser premiada por el Ayuntamiento de Gijón». Del total de víctimas, «276 eran mujeres y 203 menores a su cargo, al igual que otras cuatro personas adultas». Unas cifras duras que, no obstante, permiten confiar en un futuro mejor. «Siete de cada diez mujeres que han pasado por la Casa Malva han iniciado un proyecto de vida, lo que deja claro que hay que pedir ayuda».
Una que, en Asturias, se refuerza también con los Centros Asesores de la Mujer (CAM), «que tan importantes son en el ámbito rural», porque, dijo Llamedo, «cuando hablamos de igualdad y de violencia de género hablamos de una seña de identidad clara del Gobierno de Asturias». Una lucha en varios frentes, «porque cuando hablamos de violencia de género hablamos de agresión, pero también de acoso, de dependencia económica, de presión en las redes sociales, a través de los hijos, cuando se duda de los testimonios de la víctima».
En el suma y sigue de servicios para las mujeres, Gimena Llamedo apuntó también Coeducastur, impulsado por Marian Moreno, que ejerció de hilo conductor de todo el congreso, y «que llega a 80 centros de Primaria con 900 docentes formados. Educar en igualdad no es un complemento, es una urgencia». Y, también «en la abolición de la trata y la prostitución seguimos dando pasos», porque «no hay igualdad posible si se permite que el cuerpo de la mujer se compre, se venda o se utilice».
Tras cada número de los listados de violencia machista «hay una vida, de una mujer, de un menor, son historias de vida», resaltó, a la vez que se comprometió a «ser más eficaces y dar una mejor respuesta», proceso en el que «este congreso es clave. Examinaremos las conclusiones y trataremos de incluir las propuestas que se hagan». Porque «en Asturias no vamos a permitir retrocesos ni vamos a tolerar el negacionismo».
Unas palabras que suscribió la directora de Igualdad entre Mujeres y Hombres del Ayuntamiento de Gijón. Goretti Avello recordó que «en el Centro Asesor de la Mujer (CAM) de Gijón se atendieron a 820 mujeres en 2024, año en el que, también en Gijón, se tramitaron 482 órdenes de protección».
Avello, como también Llamedo, rindieron también homenaje «al trabajo del tercer sector, al movimiento feminista de Asturias». Precisamente, una de las representantes de ese movimiento, Begoña Piñero, presidenta de la Tertulia Feminista Les Comadres, planteó la necesidad de reforzar la protección a las clínicas donde se practican abortos. Fue la suya una intervención inesperada, como también lo fue el cambio del programa. Un problema de salud impidió a Miguel Lorente, el primer ponente, viajar a Gijón, por lo que su ponencia se realizó de forma telemática y en segundo lugar. Su puesto en la apertura del congreso lo asumió Marga Sánchez, arqueóloga, divulgador, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Granada y colaboradora del programa 'El condensador de fluzo' de TVE.
La cita tiene sesión vespertina, con la ponencia de Carmen Ruiz Repullo y una mesa redonda sobre la violencia sexual en diferentes ámbitos. En la jornada dominical, será Patricia Pérez la encargada de abrir las ponencias, con 'La banalización de la violencia machista en el relato artístico'. Seguirá una mesa redonda sobre medios de comunicación y cerrará el congreso Hodan Sulaman, que hablará sobre 'Las violencias invisibles por ser mujer y migrante'. Será antes de la clausura, prevista para las 13.30 horas.
A las 10 de la mañana, cuando inauguró el III Congreso de Prevención de la Violencia de Género que el Principado organiza en Gijón, aún no estaba calificado como asesinato machista el de una mujer de 36 años, vecina de Haro. De serlo, «sería ella la víctima número 11 en lo que va de año», lamentó Ania Calvo. La secretaria de Estado fue la encargada de presidir la inauguración de una cita de la que dijo «tres años quieren decir algo», puesto que ha convertido a Asturias en el epicentro del análisis de la violencia de género en todo el país.
En ese marco, señaló Calvo que «la herramienta más potente, la más eficaz, la que deberíamos conseguir es el rechazo social» al agresor, lo que supondría dar un salto en esta violencia que no es privada y que requiere un Pacto de Estado para frenarla. Reconoció Calvo que ese rechazo social «requiere tiempo, contundencia y determinación. Requiere, también, conocimiento, reflexión y estrategias. Mientras eso llega, hay que trabajar la mirada diversa, compleja, por eso aplaudo el programa de este congreso. Mientras tanto trabajamos en la protección de la víctima y la persecución de los agresores».
«En este año llevamos ya diez mujeres asesinadas, una menor y ocho huérfanos» unos datos que señaló como importantes «no para que anestesiemos el relato, sino para hacer frente a quienes niegan la existencia de esta violencia específica». Unas cifras que no pueden esconder otras, «¿cuántas vidas habremos salvado en estos años?», se preguntó Calvo. «Sabemos que el sistema de protección no es infalible, pero sabemos que hemos mejorado. Hay una tendencia a la baja acusada, pero nada es suficiente, porque con que haya una sola víctima nos vamos a poner en pie». Como hace, dijo, Asturias «que es un territorio ejemplar y ejemplarizante».
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