Atascos kilométricos en la autovía del Cantábrico por la afluencia a las playas

La autovía del Cantábrico (A-8) entre Gijón y Villaviciosa llegó ayer a vivir momentos de auténtico colapso en las horas más críticas. El elevado volumen de tráfico que se registró en las principales carreteras de Asturias el 15 de agosto -festivo y con un tiempo plenamente estival- provocó grandes retenciones que llegaron a alcanzar los catorce kilómetros en sentido a Santander. En algunos momentos de la mañana, el tráfico se detuvo totalmente, permaneciendo parado hasta veinte minutos. Algunos conductores, incluso, optaron por salir del vehículo cuando llevaban un rato esperando, debido a las elevadas temperaturas.

Las complicaciones circulatorias que se registraron entre los kilómetros 355 y 369 de la A-8 afectaron también a la autovía A-64, entre Villaviciosa y Oviedo, y a la carretera N-632, la vía alternativa recomendada por la Dirección General de Tráfico (DGT) para aligerar la circulación en la vía principal.

Ante la situación que se vivió en la autovía desde poco antes del mediodía y hasta casi las dos de la tarde, la DGT procedió a establecer cierres temporales del túnel de Niévares, a fin de evitar que los coches quedasen atascados en su interior. Esta medida de seguridad se indicó a los conductores a través de los paneles informativos de la autovía, al igual que se recomendaba el desvío por la N-632.

Quienes optaron por ir por la carretera vieja no estuvieron exentos de tráfico y retenciones. En el kilómetro 56.5, a la altura de Arroes, un semáforo se encargaba de alternar el tráfico, obligando a circular por un único carril, debido a los trabajos de mantenimiento puestos en marcha por el mal estado de la calzada en ese punto.

Sea como fuere, hubo quien tardó más de una hora en atravesar el concejo de Villaviciosa. Y todo, en la mayoría de los casos, para aprovechar los cotizados rayos de sol en las playas del oriente asturiano. Algunos arenales, como el de Rodiles, vivieron su jornada récord de afluencia este mes de agosto, con hasta 25.000 personas.

Por la tarde, volvió a haber notables ralentizaciones del tráfico, si bien este no llegó a interrumpirse prácticamente en ninguna zona. En la rotonda de Aboño, uno de los puntos calientes del Principado, un operario de una empresa dependiente de Carreteras distribuyó el tráfico evitando las clásicas retenciones provocadas por la señal de 'stop'.