Bioingeniería y monitorización para estudiar la gestión de sedimento en el río Nalón

Todas estas cuestiones fueron ayer las protagonistas de la jornada divulgativa organizada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en la que se presentaron las acciones desarrolladas en el Plan Piloto de gestión de sedimentos del tramo bajo del río Nalón. Representantes de la administración local, autonómica y nacional se dieron cita en la biblioteca de Pravia para desgranar las causas y consecuencias de los cambios en el río. Los primeros resultados de los estudios realizados, señalan que el tramo del Nalón que discurre desde Trubia a Soto del Barco «no había presentado antes un desequilibrio en la morfología del cauce tan importante». En él se muestran erosiones de un 17% en las orillas aluviales, y de hasta el 30% en el tramo más próximo a la zona marítimo-terrestre.

Concretamente, se identificaron ocho kilómetros de orillas erosivas distribuidas en más de treinta emplazamientos, provocando importantes fragmentaciones en la vegetación de ribera, además de repercusiones en el corredor ecológico y en los usos del suelo adyacentes. Unos resultados que se traducen en un aumento de la frecuencia e intensidad de avenidas en el Nalón.

Para obtener los datos, la Universidad de Oviedo en colaboración con la Confederación puso en marcha tres medidas. Elena Fernández, del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del territorio explicó ayer que estas medidas se basan en obras de bioingeniería en un tramo de 3,37 kilómetros, donde se eliminaron plantas invasoras y se restauró la cubierta vegetal con una inversión de 1,6 millones de euros, y en un baipás sedimentario en Villamarín por el se movieron 4.000 metros cúbicos de sedimento.

Junto a esto, se ha creado el Observatorio de Sedimento, que cada cinco segundos monitoriza la actividad en el río. Con esta herramienta pionera en España se están analizando cinco zonas con once geófonos y ochocientos clastos en los que se han insertado geolocalizadores.

El alcalde de Pravia, David Álvarez, destacó el compromiso que tanto la Confederación como el Principado tuvieron hace cuatro años por buscar una solución a los cambios del río y sus posteriores problemas, como las crecidas o las inundaciones. «Se comprometieron a trabajar con la Universidad de Oviedo en un proyecto a largo plazo y ahora estamos empezando a ver los resultados tanto en la parte práctica como en la teórica», recordó.

Unos resultados con los que desde el Ayuntamiento de Pravia aseguran estar «muy satisfechos» aunque «evidentemente todavía hay que seguir dando pasos para mejorar esas condiciones de los ríos». Entre ellos se encuentran los ciclos de erosión de los ríos, los cuales «nos generan cierto problema, sobre todo con la gente que invierte un montón de dinero para generar empleo y actividad económica en torno a los ríos». Desde los ayuntamientos de la zona confían en que se siga trabajando en mejorar las riberas.