Barbón y Cofiño sitúan al PP como freno a una reforma de la ley electoral que aporte «gobernabilidad y estabilidad institucional»
El presidente del Principado aboga por un sistema de «elección directa» del jefe del Ejecutivo nacional para evitar depender de los populismos y los nacionalismos
En medio una situación política nacional más que compleja, el discurso del presidente de la Junta General del Principado, el socialista Juan Cofiño, por el ... Día de la Constitución, que tuvo lugar ayer en el Parlamento Autonómico asturiano fue, por una parte, valiente y nada acomodaticio y, por otra, ha trató de evidenciar que hoy por hoy no hay posibilidad de pactar con el otro partido mayoritario, el PP, una reforma de la Constitución y de la Ley Electoral como la que él planteó como necesaria.
Es más, tras las palabras de Cofiño fue el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien se situó como defensor de una reforma de la Ley electoral: «Igual este país tiene que abrir una reflexión profunda de modificar el sistema de elección del presidente del Gobierno. Antes yo era más partidario de que se copiara el modelo asturiano del sistema de investidura. Pero ahora empiezo a ser más partidario de combinar los aspectos parlamentarios también con los de elección directa del presidente. Lo dejo ahí», anotó Barbón.
Añadió el presidente que «es una reflexión personal que llevo tiempo madurando viendo las dificultades de armar mayorías parlamentarias, igual es una solución. Es muy complejo, exige una reforma constitucional y ahora seguramente no hay los números, porque hay una situación de bloqueo en muchos aspectos». añadió, en referencia directa al PP, tras haber recordado momentos antes el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
En todo caso,Barbón aclaró que si aboga por un cambio en el método de designación del presidente del Gobierno central es «porque eso garantizaría siempre estabilidad, que es lo que los ciudadanos quieren, lo que hacemos en Asturias: no insultar a nadie, tender manos, ser dialogantes».
Finalizada su rueda de prensa, se le pidió a Barbón una aclaración: «-¿Se refiere a una elección del presidente en segunda vuelta?», se le preguntó. «-¡Por ejemplo!», respondió, animoso.
Cofiño, previamente, había expuesto ante un auditorio en el que de los partidos políticos con representación parlamentaria solo faltaba Vox, que se ha llegado a una situación en la que las «demandas crecientes de naturaleza identitaria» obligan a recordar que la respuesta desde la Constitutición es que «cabe el nacionalismo no soberanista y no cabe el nacionalismo independentista». Una frase que desde Partido Popular se interpretó como una enmienda a la posición del Gobierno bipartito de Barbón de apoyo a Pedro Sánchez y como un aviso a navegantes para el propio presidente del Gobierno respecto a su negociación con ERC y Junts, si bien el propio Cofiño no remarcó este aspecto.
Sí subrayó, en cambio, que en los 45 años de vigencia de la Constitución «se han sucedido en la sociedad española cambios significativos que demandan una puesta al día por la vía de reformas puntuales y concretas que ayuden a la estabilidad institucional y política, eso sí, desde la premisa de amplios consensos al respecto».
Y entre estas posibles modificaciones del texto Constitucional, «y siempre y cuando la normalidad nos devuelva consensos de antaño», habló de reforma del régimen electoral y también de reforma del Senado (donde el PP tiene mayoría absoluta en esta legislatura: «se advierten determinados ámbitos de mejora en lo relativo al régimen electoral, conectados con una mayor aseguramiento de la gobernabilidad y la estabilidad institucional, complementado, llegado el caso, con una reforma del Senado que le habilite como una verdadera Cámara Territorial o caja de resonancia de las Comunidades Autónomas, toda vez que el modelo autonómico esta firmemente arraigado en sede constitucional y en el imaginario colectivo de los españoles».
De hecho, Barbón retomaría a continuación esa propuesta de reforma del Senado: «es una cámara de doble lectura en la que el hecho territorial se limita a unos pocos senadores elegidos por los parlamentos autonómicos. Pero en realidad no obedecen a los debates autonómicos, sino que hacen de ellos una caja de resonancia de las discrepancias con el Congreso», recordando la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta. Les afeó, de hecho, plantear «debates sin consultar con los presidentes autonómicos, sin consultarles el orden del día. Eso en otras cámaras territoriales no pasa. En Alemania, por ejemplo, se llega a un consenso antes de convocar la sesión. Aquí pasa lo que pasa, que se pone un pleno importante coincidiendo con los Premios Princesa, porque no se respeta el hecho autonómicos», explicó sobre el pleno en el que se convocó a todos los presidentes autonómicos para debatir sobre la pertinencia y legalidad de la Ley de Amnistía, al que los tres presidentes de comunidades autónomas gobernadas por el PSOE no acudieron. Barbón añadió que «es importante reformar el Senado, porque la ciudadanía tiene que entender que tiene que tener un papel, en determinadas leyes que tienen que ver con ámbitos territoriales no tiene que ser de segunda lectura, sino de primera».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión