Cámaras para seguir mejor a los osos
El Fapas renueva 115 equipos para conocer sus hábitos alimenticios | Han sido instaladas a lo largo de toda la Cordillera Cantábrica, lo que permitirá descubrir las zonas por las que se mueven
MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Sábado, 3 de agosto 2019, 02:33
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) ha dado un paso más en su trabajo para estudiar la vida de los osos en libertad en la Cordillera Cantábrica. Acaba de renovar su sistema de cámaras automáticas con las que puede realizar el seguimiento tanto de los hábitos alimenticios de estos animales como de las zonas por las que se mueve. El objetivo es conocer mejor la biología del mamífero terrestre más grande que habita en España, explica el Fapas.
Se han colocado 115 cámaras de alta tecnología en puntos estratégicos. Obtienen imágenes de gran calidad y son capaces de realizar disparos automáticos con gran rapidez. El Fapas lleva más de 20 años realizando esta labor y ha pasado de las antiguas cámaras que obligaban a revelar los carretes fotográficos a estas nuevas con mejores prestaciones, imágenes de alta resolución tanto de día como de noche y que las envían vía SMS. Las cámaras pueden trabajar simultáneamente de manera sincronizada.
La entidad conservacionista indica que con este sistema se ha logrado reafirmar aspectos poco conocidos de la alimentación de los plantígrados, como puede ser la explotación de la carroña, que se ha demostrado como una fuente de alimentación durante el invierno. Ese hecho, combinado con la abundancia de fruta en primavera, permite que el oso pueda pasar inadvertido en la montaña y no genere problemas en las zonas habitadas. Las observaciones realizadas apuntan a que cuando los animales no encuentran carroñas es cuando buscan alternativas y, por ejemplo, atacan a las colmenas. Por ello el Fapas critica que las administraciones públicas hayan obligado a la retirada de las carroñas de los montes asturianos, «sin tener en cuenta su importancia para la alimentación de la fauna salvaje». Otro problema que apunta el Fapas es la progresiva matorralización de las praderías de las zonas altas de la cordillera, lo que limita la presencia de alimentos importantes para el oso, como el arándano silvestre. A ello se une la generación de incendios para limpiar algunas zonas con matorral y que acaban arrasando una gran superficie de terreno que sirve de alimento para los plantígrados. Es entonces, cree el Fapas, cuando estos animales se acercan a los entornos humanos, debido en gran parte a la proliferación de basureros ilegales.
El Fapas va a iniciar un estudio de investigación mediante seguimiento fotográfico de alguno de los basureros ilegales que tiene localizados en zonas oseras y que «pueden resultar peligrosos al provocar un cambio en el comportamiento alimenticio natural del oso», ya que se están habituando a hacer recorridos por las zonas en las que pueden encontrar alimento con facilidad y el más abundante lo halla en los contenedores que hay en las localidades rurales de montaña.