Casa Ezequiel, el paraíso del embutido entre Asturias y León que está aún más de moda tras el argayo
El colapso de la autopista del Huerna ha brindado una oportunidad a los negocios ubicados en la N-630 que conecta las dos provincias por el puerto de Pajares. Y entre todos los establecimientos, destaca uno, situado en la localidad leonesa de Villamanín
Enrique Casas
Martes, 12 de noviembre 2024, 15:37
«Si hay muchos camiones estacionados, es que se debe comer bien». Seguro que alguna vez has escuchado esta frase. O la de que como en Asturias no se come en ningún lado. Pero no, este emblemáticio sitio de carretera, que se vislumbra según atraviesas el cartel que indica que has llegado a la localidad leonesa de Villamanín, no tuvo a bien caer en territorio asturiano. Aunque por solo unos kilómetros.
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Seguramente a estas alturas del texto la mayoría de las lectores ya se puedan hacer una idea del emblemático restaurante al que alude este texto. Y sí, no es otro que Casa Ezequiel, la meca de los transportistas que cubren la ruta entre León y Asturias por el Puerto de Pajares y lugar de culto para los amantes del embutido. No es para menos. Con su propia tienda y fábrica de embutidos, el restaurante —que ya habitualmente cuenta con una nutrida afluencia de clientes y es conocido por sus abundantes raciones— ha visto como de rebote el monumental argayo del pasado domingo en el Huerna le ha hecho. Lo que iba a ser una jornada de domingo habitual acabó convirtiéndose en un trajín. «No damos abasto» para atender a tanta gente a la vez, reconocía a EL COMERCIO Alberto Hevia, encargado del establecimiento. «Esto ha sido una verdadera locura, un caos absoluto. Demasiada gente, pero también demasiado desorden porque mucha gente que había reservado mesa nos ha tenido que cancelar las reservas y nos hemos visto un poco superados».
Y es que el desprendimiento del pasado domingo ha retrotraído a las comunicaciones entre Asturias y León a la segunda mitad del siglo pasado. Concretamente a agosto de 1983, fecha en la que la Autopista del Huerna se abrió definitivamente al Tráfico, brindando una alternativa que desde entonces ha sido la principal empleada por los conductores que dejan el Principado atrás en dirección León o Madrid. Un problema que, sin embargo, está permitiendo hacer su particular agosto a los locales y negocios que se sitúan en la N-630, la carretera que discurre por el puerto de Pajares. Desde Campomanes hasta La Robla, pasando por Villamanín, las cafeterías y establecimientos hosteleros no ocultan el empuje que esta situación les brinda. «No hay día en que tengamos poca gente, porque esto siempre está lleno, desde el domingo ha habido un ligero aumento de clientes. Pero estamos acostumbrados a este volumen de trabajo y lo sacamos adelante sin problemas», reconocía también a este medio Alberto Hevia, de Casa Ezequiel.
El suyo, quizás el negocio de mayor solera de la ruta por el puerto de Pajares, no es tampoco el único. Atenea González, de la cafetería La Báscula en Campomanes, expresaba que desde el domingo «se ha duplicado la cantidad de gente que atendemos normalmente en el bar. Nosotros estamos contentos, pero también cansados porque sentimos que no damos abasto con tanta gente. Es complicado de manejar», subrayó la encargada del establecimiento. Por su parte, Agatha Fernández, encargada del Bar D'Mary, también en Campomanes, destacó que han atendido más clientes de lo normal desde el domingo, «pero tampoco nada extraordinario. Habría que ver con el pasar de los días si se nota un mayor incremento», indicó. Lo cierto es que mientras para los conductores el desvío por Pajares está significando una molestia, para los hosteleros es algo positivo para sus negocios pues la mayoría ha visto multiplicada la cantidad de clientes. No hay mal que por bien no venga.
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