Cogersa inicia las obras de la planta de clasificación «más moderna» de España

El vicepresidente y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, que ayer visitó la zona en la que se levantará la nueva planta dentro del centro de tratamiento de residuos, señaló que la construcción de esta nueva infraestructura supone «un hito fundamental» para el avance en materia de reciclaje en la región. Una opinión que también compartió la gerente de Cogersa, que aunque reconoció que se llega «con retraso a esta inversión», la nueva planta supondrá «un punto de inflexión en el modelo de gestión de residuos de Asturias que durante décadas ha pivotado en un vertedero central en el que durante años hemos ido depositando millones y millones de toneladas de residuos».

La nueva instalación ocupará una superficie de 35.000 metros cuadrados, en una parcela del valle de Vilorteo. Un terreno que ayer visitaron, además de el vicepresidente, la gerente y personal de Cogersa, los alcaldes de los municipios en los que se asienta el centro de tratamiento de residuos, es decir, los regidores de Gijón, Carreño, Corvera y Llanera. A todos ellos Orviz les explicó que el plazo de ejecución de los trabajos era de 31 meses, pero que la empresa adjudicataria, Valtalia, se había comprometido a reducir esos tiempos, por lo que la previsión es que la nueva planta esté lista a finales del 2023.

La infraestructura, que contará con tres naves, tendrá capacidad para tratar al año 340.000 toneladas de residuos depositados en la bolsa negra y 75.000 de voluminosos y desechos industriales no peligrosos. De ellos, se estima que se puedan recuperar, en el mismo período, 160.000 de combustible sólido recuperado, 84.000 toneladas de materiales y 28.000 de material bioestabilizado. Para ello, la planta contará con los últimos avances tecnológicos y equipos punteros en el tratamiento de los residuos, dotados con los sistemas de seguridad más modernos, como los quince equipos de clasificación óptica de última generación que contarán con sensores de alta resolución. Además, también incorporará los últimos avances en comunicaciones y sistemas de información. Y todos sus edificios contarán con un sistema de captación y aspiración, especialmente diseñado para eliminar los malos olores, que envía el aire a un sistema de biofiltros.