De la construcción y la hostelería, a ordenarse como diáconos

La vocación religiosa no entiende de edades, estudios u orígenes. Si en algo coinciden el diácono, los dos seminaristas y los tres laicos que mañana, a las 19.30 horas, se ordenarán en la catedral de Oviedo, es precisamente en la disparidad de sus historias. Será a puerta cerrada.

El futuro sacerdote es Miguel Vilariño Suárez, un ovetense de 27 años que pasará a ser el cura más joven de la región. Vilariño volvió en enero tras pasar un año en la misión diocesana de Gamia (África), a la que sus compañeros seminaristas y futuros diáconos, como Marcos Argüelles Montes o Arturo José Marías Gutiérrez, no podrán acceder por las restricciones de la pandemia.

Argüelles, (Pola de Siero, 27 años), es graduado en Historia, ya que, según cuenta, es lo suyo. Sin embargo, terminó sus estudios en el Seminario de Oviedo «por probar» y saciar sus inquietudes. «Aquí nadie te va a agarrar», bromea. Marías Gutiérrez es el mayor de los tres, Geólogo, de 46 años, el gijonés tuvo tiempo «para pensar» mientras trabajaba «intensamente» en la obra civil.Un reenencuentro on su profesor de Religión le animó reencontrarse con la fe. También se ordenarán como diáconos permanentes Alfredo Jesús García Baltar (58 años), José Luis García García (56) y Antonio Huélamo Huadamuro (62), con experiencia en la construcción, servicios y hostelería.