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Daniel López Acuña. CAROLINA SANTOS
Coronavirus en Asturias

«El foco se debe poner en la responsabilidad colectiva y no limitarse a la hostelería»

El epidemiólogo Daniel López Acuña reitera que «Asturias no debe bajar la guardia ante el repunte de casos a raíz de las celebraciones navideñas»

COVADONGA DEL NERO

GIJÓN.

Martes, 5 de enero 2021, 02:44

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«Desde mi punto de vista, el foco se debe poner en la responsabilidad colectiva y, por ello, no centrarse únicamente en los horarios y limitaciones de la hostelería, ni en la actitud de la gente». Este es el juicio de Ainhoa Ruiz, miembro del comité de asesores de la covid-19 en Asturias y doctora en Ciencias de la Salud por la Universidad de Sevilla. Por su parte, el médico y epidemiólogo Daniel López Acuña apela a la cautela de la ciudadanía con «el repunte que se está produciendo a raíz de las celebraciones navideñas». Y es que aunque, actualmente, Asturias se encuentra en una situación «mejor» que otras comunidades autónomas de España, como Extremadura, la Comunidad de Madrid o Cataluña, López Acuña reitera que «no hay que bajar la guardia».

Ambos asesores coinciden en que tras estas fiestas, en las que se han realizado más encuentros sociales y la percepción del riesgo ha disminuido, habrá un aumento de los casos de coronavirus. «Cuando se llevan rutinas de estudio y trabajo se limita más esa posibilidad», explica Ruiz. Mientras, López Acuña mantiene una postura férrea sobre el endurecimiento de las restricciones de cara a la tercera ola.

Por un lado, asegura que «en Asturias tenemos que extremar las medidas restrictivas, que tendrán que endurecerse para evitar un repunte». Por otro lado, insiste en la necesidad de «seguir intensamente analizando y rastreando los brotes para ir aislándolos y también a los positivos asintomáticos». Para ello, el epidemiólogo se centra en el caso del brote relacionado con el Sporting de Gijón, donde hay hasta 141 personas aisladas por ser casos o contactos estrechos. Para solucionarlo, el asesor asegura que se debe «establecer un dique en torno a la transmisión y la diseminación». «Los brotes no son solo pequeños incendios que hay que apagar, sino que son incendios que tienen repercusiones y nos llevan a saturar los hospitales», asegura. Y es que, a su juicio, «todo lo que intensifica la transmisión y nos lleva a una incidencia mayor repercute, tarde o temprano, en una mayor presión hospitalaria». Esta presión se va a ver reflejada, por un lado, «en la saturación de la atención primaria» y, por otro «en las camas de hospital y las unidades de cuidados intensivos».

Ambos expertos aseguran que es fundamental «interrumpir la cadena de transmisión para interrumpir el contagio». «El contagio se da por la interacción de personas; si tenemos reuniones de grupo, interacciones gregarias, aglomeraciones... eso es lo que tenemos que cortar», explica López Acuña. A su modo de ver, no se puede reducir a un solo factor. «Los focos significan que hay gente que se junta y no tienen la suficiente distancia y protección, sea en el ámbito que sea», asegura. Es decir, no solo en establecimientos hosteleros, también en aglomeraciones en centros comerciales o en la calle, en reuniones privadas, etcétera.

«Relativo aislamiento»

«Hay que evitar que la gente esté reunida y junta», alega. Por ello, aboga por un «relativo aislamiento» de las personas. Ainhoa Ruiz coincide en que «la hostelería, al igual que otros servicios, debe cuidar sus aforos y sus medidas de distanciamiento y seguridad», pero que es primordial que «la ciudadanía se cuide a sí misma y a los demás» para poder frenar los contagios. Estos cuidados, asegura la asesora del comité, «no son iguales para todas las personas y situaciones», ya que «las dificultades de los ciudadanos no dependen de su propia actitud, sino de situaciones de vulnerabilidad». A su juicio, se trata de «un esfuerzo coordinado, con apoyos y trabajo conjunto».

Aquí entra el llamamiento a los jóvenes también. Esas personas que «tienen una mayor vida social, deben disminuir sus contactos», coinciden. «Que se hayan dado casos de transmisión en alguno de estos encuentros durante las festividades navideñas «hace necesario que las autoridades sanitarias llamen la atención sobre estas edades, al igual que en otros momentos se ha centrado la atención en otras situaciones de riesgo», defiende Ruiz. Algo en lo que concuerda el epidemiólogo, ya que «son los jóvenes los que tienen una vida social que les lleva a un mayor número de contagios».

«Las personas de entre 15 y 25 años llevan a cabo muchas más interacciones» que otros colectivos de la sociedad. «Es el grupo que más socializa y que más se reúne», según López Acuña. Pero no solo eso, también se trata, a juicio del experto, en el sector de la población que realiza estos encuentros sociales «con personas de diferentes burbujas y de forma más desprotegida».

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