Nueva protesta de hosteleros: «El sector se hunde, económicamente no podemos resistir más»

Mañana soleada en Asturias. En Gijón, terrazas llenas y una cita, la convocada por Otea a mediodía para hacer una parada simbólica de diez minutos que sirviese para llamar la atención sobre la situación que vive el sector. Los clientes, o viandantes anónimos, parecen ajenos a la multitud de prensa que se agolpa a la entrada del café Dindurra. Allí está su dueño y presidente de la patronal en Gijón, Ángel Lorenzo. Otros muchos bares también se han sumado al paro, pero no muchos. O, al menos, no muchos en el centro. Donde lo han hecho se han sumado los trabajadores, pero, los clientes, siguen tomando el café tranquilamente observando qué pasa. Lo que sucede es que, en palabras de Ángel Lorenzo, «ya estamos haciendo lo que nos mandan y queremos ampliar horarios porque sino no podemos sobrevivir». En este año que se cumple ya muchos locales, principalmente de ocio nocturno, han tenido que cerrar indefinidamente. Los que han podido abrir lo han hecho con las restricciones ya sabidas.

Ahora, y pensando en la Semana Santa, reclaman poder dar cenas. Aunque sea hasta las 23h. Algo que parece improbable dado que el decreto publicado ayer por el Gobierno regional mantiene el toque de queda de 22 a 6 horas. «El virus no entiende de horas, solo queremos trabajar; si es posible dar comidas a mediodía, ¿por qué no cenas?, se pregunta el presidente de Otea en Gijón

Cercano al Dindurra está el Scourmont. Su dueño es Marcelino Alonso quien da la Semana Santa por perdida y pone el acento sobre la llegada de las ayudas. «Necesitamos que lleguen, y cuanto antes; las de noviembre aún no las tenemos y ya vamos a encadenar dos convocatorias sin cobrar ninguna» . «Las ayudas la necesitamos para poder sobrevivir y reactivarnos», añade Ángel Lorenzo quien critica la falta de comunicación de los dirigentes políticos ya que, según dice, «de todo nos enteramos por la prensa».

También en la capital asturiana el sector hostelero volvía a salir a la calle para secundar ese parón convocado por Otea. Denuncian que «parece que no hay ningún interés» en intentar solventar la situación que afronta el sector. Con la mirada puesta en el verano, esperan que el Gobierno regional «levante la mano». «Sin el verano el sector se muere. El sector ya no aguanta, no hay créditos ni ahorros», afirmó el presidente de la junta local de Otea, David González Codón, que ha pedido a las administraciones públicas que centren sus esfuerzos en «salvar» los meses de verano.

En el Bulevar de la Sidra dan por perdida la Semana Santa. El Principado no relajará las medidas de la hosteleía. No obstante, hay quien se muestra optimista. «Puede ser positivo que haya restricciones para poder controlar la pandemia y llegar a junio con unos índices de contagio mínimos y recuperar una vida relativamente normal», apunta Alberto Rodríguez, propietario de El Ferroviario.

Los hosteleros entienden que haya ciertas limitaciones para controlar la pandemia porque «la salud es lo primero», pero alertan de que el sector se hunde. «Llevamos un año con restricciones, con cierres y aperturas a medio gas y económicamente no podemos resistir más», subraya Rodríguez. Consideran que la ayudas son mínimas y que dando comidas solamente el sector no se sostiene. «No terminamos de entender por qué si al mediodía podemos dar comidas, no podemos dar cenas por la noche«, destaca el jefe de cocina de Tierra Astur, Jorge Andrés Cuartas.

En Gascona, todos coinciden en que es necesario ampliar el horario de la hostelería, al menos hasta el toque de queda. «No somos un foco de contagio. Si permitiesen extender el horario dos horas más se soluconarían muchas cosas», recalca el encargado de Tierra Astur, Jorge Cortina.

El sector hostelero se siente «maltratado». El presidente del Bulevar de la Sidra, Pedro Caramés, reconoce que ha sido un año «durísimo», «nadie imaginaba que íbamos a encontrarnos en estas circunstancias». Lamenta que muchos compañeros hayan tenido que bajar la persiana, pues «las ayudas son insuficientes y llegan tarde en muchos casos». Recuerda que «la hostelería fue el primer sector que cerró para cumplir con las medidas sanitarias y a día de hoy tenemos pequeñas limosnas». A su juicio, las administraciones «están dejando en una esquina a uno de los pilares de este país».