Los hoteles de la región seguirán cerrados en Semana Santa incluso para los asturianos

Todos los alojamientos turísticos de Asturias continuarán cerrados en Semana Santa por motivo de la pandemia de la covid-19, que en las últimas jornadas muestra una cifra de contagios que inquieta al Gobierno de Adrián Barbón. Estos establecimientos estarán vetados incluso para los propios asturianos que quieran hacer turismo en la región. Así se lo comunicó ayer la viceconsejera de Turismo del Principado, Graciela Blanco, a representantes de la patronal del sector, Otea, y a la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), durante una reunión telemática. Las dos asociaciones han tenido reacciones muy distintas: mientras Otea reprocha que el Gobierno asturiano «desoye la justa petición de reapertura del sector», Fade admite que «ante la situación sanitaria, contrastada con datos objetivos, y ante la posibilidad de condicionar el verano por los cuatro días de Semana Santa, se entiende la decisión de mantener la suspensión».

Al igual que sucedió justo antes de Navidad, la intención de Otea era que, con vistas a la Semana Santa, el Gobierno regional permitiese al menos los alojamientos de los asturianos que quisieran desplazarse unos días durante las vacaciones, por ejemplo a una casa rural. Pero no será así. Los establecimientos seguirán cerrados, salvo por motivos debidamente justificados, tanto para los visitantes de otras zonas del país como para los propios residentes. «Asturias es la única comunidad autónoma de España que mantiene totalmente cerrado el sector», critican desde la asociación presidida por José Luis Álvarez Almeida.

«Lo que pide Otea es poder abrir los establecimientos para los asturianos y los que vivan en la región. No entramos en el cierre perimetral de Asturias, al considerar que es y debe ser una decisión que se adopte a nivel nacional», señalan desde la patronal. Para justificar su posición, Otea esgrime una reciente encuesta realizada entre sus asociados (hoteles, casas rurales y cámpings), de los que el 68% estaría a favor de que se permita el turismo interior. Las empresas con esa postura representan un total de 16.652 plazas turísticas.

Según Otea, este cierre decretado por el Gobierno asturiano «no ocurre en Galicia, donde los gallegos pueden viajar y alojarse en Galicia; o en Cantabria, donde los cántabros pueden viajar y alojarse en su región. Es decir, un asturiano puede ir a Avilés a comer, pero no puede alojarse en Avilés. Puede ir a Covadonga, puede hacer senderismo, o puede ir a esquiar, pero tiene que volver a dormir a casa y regresar al destino turístico al día siguiente».

«Una vez más, este Gobierno utiliza como justificación para estas medidas criterios sanitarios y, una vez más, no mira para las empresas, la economía y los 43.000 trabajadores del sector», denuncia Otea en un comunicado.

Ana Soberón, presidenta de la Mesa de Turismo de Fade, sostiene que «los datos indican que la situación epidemiológica en Asturias es de riesgo, y hay concejos que están volviendo a cerrarse». Por lo tanto, indica Soberón, «favorecer la movilidad interna de los asturianos no parece prudente. De hecho, sería hasta menos peligroso que viniesen turistas de regiones con mejores datos». Eso sí, la representante de Fade insta al Gobierno regional a «hacer cumplir de verdad el cierre perimetral de Asturias, porque a día de hoy hay extranjeros haciendo turismo en la comunidad». «Nos parece bien que a nosotros se nos pida un esfuerzo, pero ese esfuerzo tiene que ser compartido», remarca Soberón.

Adrián Pumares, portavoz de Foro, criticó la medida del Principado, que a su juicio «está empeñado en acabar con el turismo asturiano». «Adrián Barbón debe explicar los motivos por los que una familia corre riesgo de contagio por ir a pasear a la playa, hacer una ruta de montaña o pasar unos días en una casa rural», recriminó Pumares.