El pincho para llevar se abre hueco en las calles

Los hosteleros podrán seguir vendiendo cafés y pinchos para llevar; al menos en Gijón, Oviedo y Avilés. Aunque no así en otros lugares, como Piloña. Finalmente el Ayuntamiento ovetense rectifica su criterio y permitirá a los hosteleros ofrecer este servicio, por el que muchos habían optado tras el cese de la actividad en el Principado. Otea, la patronal hostelera, denunció el fin de semana que la Policía Local de Oviedo había sancionado por ello a varios establecimientos «sin ningún criterio y de manera arbitraria». Los agentes justificaban el cierre y las sanciones mostrando a los hosteleros un documento oficial que asegura que el decreto del cese de actividad «no permite la hostelería en sentido amplio».

Cierres y propuestas de sanción que se extendieron durante el fin de semana en varios municipios del Principado. No así en Gijón y Avilés, donde el Ayuntamiento aclaró que la Policía no intervendría en los locales donde los hosteleros sirvieran comida para llevar. A pesar de ello, muchos de ellos consultaron a Otea sobre la legalidad de su nueva actividad. Habiendo consultado a sus servicios jurídicos, la patronal les comunicó que podían continuar ofreciendo el servicio.

El acuartelamiento del Rubín, sede de la comandancia de la Guardia Civil de Oviedo, acogió ayer, además, una nueva reunión de coordinación entre la benemérita, el Cuerpo Nacional de Policía y los agentes de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo. Un encuentro, el tercero desde que el Ejecutivo regional de Adrián Barbón decretase las nuevas medidas de seguridad y restricciones de movilidad, en el que finalmente se acordó no sancionar a los establecimientos de hostelería que sirvan cafés y pinchos para llevar en la capital del Principado.

No se elevarán propuestas de sanción a los locales que sirvan para llevar, siempre que «los clientes no accedan bajo ninguna circunstancia a los negocios», los propietarios de los locales «no coloquen toneles, mesas o sillas ni ningún otro mobiliario» a la entrada de los establecimientos y los clientes no permanezcan en las inmediaciones del bar consumiendo. Los hosteleros pueden habilitar, siempre que las consumiciones sean para llevar, un mostrador interior a través del que servir por una ventana los desayunos.

Alejandro López, de El Cafetón y Café Mepiachi, advierte de la importancia de mantener la distancia en las colas y de evitar las aglomeraciones en el exterior del local. «Es importante que seamos rigurosos en el cumplimiento de las normas para que no tengamos problemas», sostiene este empresario, que mantiene tres establecimientos abiertos en la ciudad. «Este va a ser un modelo de negocio que ha llegado para quedarse», aventura el empresario gijonés.

A pesar de los esfuerzos por «sobrevivir», los hosteleros que mantienen abiertos sus negocios cifran la caída de ventas en un 40%. Es el caso del propietario del Art-Noir en el paseo de Begoña, que agradece a sus clientes que sigan acercándose a consumir.

El gijonés Pablo Rodríguez disfruta de un café y un pincho sentado en un banco junto al Muro, José Ramón Martínez, café en mano en la plazuela San Miguel, cree «que esto es una americanada», y Jorge Préstamo y Deva, su hija, disfrutan del café sentados en un banco del paseo de Begoña. «La clientela es fiel y es la que nos salva», añade Manuel Brandales, de la cafetería Al peso.