Bocadillos gratis en Piloña para protestar por la prohibición de venta

Tras el cierre de la hostelería de la pasada semana, el piloñés Víctor Fernández, al frente del bar Fresh, optó como tantos otros por «reiventarse» para poder seguir trabajando. Comenzó así a vender pinchos y cafés para llevar en su bar de la plaza Mayor de Infiesto. Como en anteriores jornadas, ayer acudió a su establecimiento con la intención de generar algún ingreso, pero la burocracia se cruzó en su camino. Sobre media mañana, explicó, tuvo que poner fin a la actividad tras presentarse en su establecimiento agentes de la Policía Local, quienes le indicaron que ese tipo de venta no está permitida. «Tengo una sensación de impotencia. Se dispensaba desde una mesa alta en la puerta y no hubo aglomeraciones», sostuvo el hostelero. La prohibición le sorprendió con una veintena de pinchos ya preparados, por lo que no dudó en salir a la calle para repartirlos. Vecinos y comerciantes de los negocios aledaños fueron los receptores de su particular protesta en forma de tentempié gratuito, aderezado con dosis de crítica a las administraciones. «Necesitamos seguir trabajando porque los gastos siguen, pero te quitan las herramientas», lamentó Fernández. Insistió además en que la venta para llevar era un servicio apreciado entre quienes acuden a trabajar y estudiar a Infiesto. «Abríamos a media mañana y a las seis de la tarde ya cerrábamos, así los albañiles y los chavales tenían donde coger un pincho o un café», explicó.

El caso vivido ayer en la capital piloñesa no es el primero de Asturias, pues ya en los últimos días se han registrado más prohibiciones de vender consumiciones para llevar. Desde la patronal Otea denunciaron este mismo fin de semana la situación, pues entienden que se trata de cierres «arbitrarios». También el hostelero piloñés se sumaba ayer a la petición de «levantar la mano» como ya hacen otros ayuntamientos. «Tenemos que agarrarnos a lo que podamos», zanjó Fernández.