Las calles de Asturias, a rebosar

Las calles de Asturias están llenas de gente. Hasta el punto de que algunas imágenes recuerdan a tiempos anteriores a la pandemia. Es el caso del rastro celebrado este domingo en Gijón, donde solo la presencia de las mascarillas recordaba que se está viviendo una crisis sanitaria. En muchos puestos, el público se arremolinaba sin mantener ninguna distancia de seguridad. Lo mismo ocurría en gran parte de los pasillos que forman los puestos, por los que cientos de personas paseaban como cualquier otro domingo.

En los accesos al mercado y en los alrededores del palacio de deportes Adolfo Suárez de la Guía y del estadio de El Molinón, el ir y venir de personas era constante. Y todas las plazas de aparcamiento de Doctor Fleming estaban ocupadas.

Mientras en la parada de autobús de esta misma calle se formaban colas de gente que con las bolsas en la mano esperaba regresar a casa. Algunas familias, incluso salían del recinto comiendo algún tentempié recién comprado. Las había que se sentaban a hacerlo en las aceras o en las escaleras posteriores del palacio de deportes.

En Oviedo, la situación era similar. De hecho, el Oviedo Antiguo, a la hora del vermú, era un hervidero de gente. Los ovetenses se han animado a salir a las calles tras un puente en el que no acompañaron las temperaturas ni el tiempo y oferta hubo de sobra donde elegir: el mercadillo navideño, el rastro del Fontán y Campillín, la muestra de belenes de la plaza de Trascorrales, los museos abiertos y conciertos desde los balcones. Lo hicieron con ganas de disfrutar a partir de mañana de los bares.

La plaza del Fontán se vació estos días. Con la hostelería cerrada, eran pocos los que echaban el rato en uno de los lugares más emblemáticos de la capital, pero este mediodía la imagen cambió gracias a la programación 'Música en los balcones, y, en particular, el concierto dado por Sandra Estrada. Subida al balcón del primer piso de Casa Ramón ofreció un concierto que llamó la atención a los compradores del rastro dominical.

Tanto la plaza de Daoiz y Velarde como El Campillín y la propia calle Fontán se llenaron para las compras en los puestos. «Cambiamos el vermú por las compras a la espera de que reabra la hostelería», aseguraron las hermanas Luisa y Ana Borbolla.

La imagen se repitió en el mercadillo navideño de las plazas de la Catedral y Porlier y la calle Eusebio González Abascal donde hay 77 puestos y una gran variedad de productos para regalar: «Está tan guapo Oviedo que venimos a verlo manteniendo las normas de seguridad», indicó María González.

Mientras, las colas se sucedían en la muestra de belenes de Trascorrales y con este ambiente los ovetenses han cumplido lo que les pidió Alfredo Canteli: «Hay que levantar la economía local, pero con orden», indicó esta semana.

Más enfadado se muestra el presidente regional, Adrián Barbón, quien insistió en que «hay que evitar aglomeraciones, pues son un riesgo para los contagios del coronavirus. Los excesos de diciembre se convertirán en la tragedia de enero».