Coronavirus | El CSIC crea una mascarilla con antiviral y un test con un 98% de fiabilidad

En el plazo de una semana se dispondrá de un test serológico con el 98% de fiabilidad para el tratamiento del coronavirus y habrá sido creado por el CSIC. Esta prueba permitirá conocer casi con toda seguridad si una persona ha estado en contacto con el coronavirus y si su sistema inmunológico ha reaccionado.

Así lo aseguró Rosa Menéndez, directora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el transcurso de la charla que ofreció ayer en el Ateneo Jovellanos, en un acto del Aula de Cultura de EL COMERCIO. Junto a este método de diagnóstico se apunta un ecógrafo pulmonar para la detección y seguimiento de la covid y un biosensor portátil de grafeno de detección rápida.

Asimismo, Menéndez, que recibirá mañana el Premio de Investigación que otorga este periódico a la Excelencia, recordó que la institución que ella dirige ha diseñado unas mascarillas antivirales que están hechas de nanofibras, un nuevo material, más ligeras y más eficientes para disipar el calor y la humedad que otras que se pueden encontrar en el mercado. Podrán, además, usarse durante varios días, aunque el CSIC recomienda que los profesionales sanitarios, el personal de líneas aéreas y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado las usen solo un día.

La científica, que insistió en que «la covid sigue y, por tanto, la investigación ha de seguir, no podemos parar», aseguró que hay que encarar el futuro para no vernos en la situación inicial de cuando llegó el coronavirus y no estábamos preparados ni con mascarillas disponibles.

El CSIC lidera en estos momentos tres proyectos de vacunas. La primera de ellas, abanderada por Enjuanes y Sola, está basada en eliminar la capacidad infectiva de los virus mediante modificación genética. Actualmente está en fase preclínica, es «la más elaborada porque ha conseguido modificar el virus». Podría estar lista en otoño de 2021, si efectivamente queda comprobada su eficacia, tras las pruebas pertinentes.

Una segunda vacuna es la que han creado Mariano Esteban y Juan Arriaza, basada en la modificación del virus usado en la erradicación de la viruela. «No utiliza el virus completo, sino un componente viral, la proteína S, usada por el virus para unirse a las células a infectar. Está en fase preclínica y podría estar lista en enero de 2021.

La última sobre la que se trabaja es la del investigador Vicente Larraga, «un antígeno que se coloca en un vehículo sintético de ADN que se introduce en las células para inducir protección frente a la infección, también en fase preclínica y con una perspectiva de funcionamiento en enero de 2021».

Menéndez, que accedió a la presidencia del CSIC en noviembre de 2017 y es la primera mujer al frente del organismo, recordó que «estamos colaborando en estos momentos con 40 hospitales españoles para predecir la evolución del nuevo coronavirus, y tenemos 60 proyectos en curso».

Entre ellos, el que busca determinar las causas genéticas «para que algunos infectados no sufran afectación clínica mientras que otros sufren reacciones muy adversas a la enfermedad». Se estudian las variaciones genéticas que puedan ser determinantes para una inmunidad innata.

En Asturias hay dos proyectos en marcha: un test rápido y eficaz basado en balizas moleculares fluorescentes y el desarrollo de superficies que sean capaces de eliminar los virus sobre ellas.

Otro de los tratamientos en los que trabaja el equipo de investigadores es en el desarrollo de un spray bucal antiviral que adhiere el coronavirus. «Utiliza unas biomoléculas (polisacáridos) para simular la superficie celular donde se adhiere el coronavirus y poder así atraparlo y detener la infección». Este spray podría ser un antiviral aplicable a diversos virus, ya que incide en el mecanismo que usan muchos de estos microorganismos para entrar en las células.

Los investigadores estudian, además, el impacto que la incidencia de la enfermedad tiene en la sociedad, en ámbitos distintos pero complementarios, como el social, el político, el económico, el medioambiental y el científico. El impacto en el ruido, la contaminación, el teletrabajo y la economía son elementos a tener en cuenta: «Hay un proyecto que construirá perfiles de riesgo individuales frente a la covid de personas mayores en residencias».