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Jesús Arango habló desde Los Cabos, Pravia. D. ARIENZA

«Hay que crear agencias de colonización con proyectos integrales para el campo»

Juan Luis Rodríguez-Vigil, expresidente regional y el exconsejero Jesús Arango instan a acercar la Administración a la zona rural y diversificar sus fuentes de ingresos

V. SÁNCHEZ

GIJÓN.

Miércoles, 7 de abril 2021, 03:48

«El campo asturiano necesita una estrategia rural integral, una agenda rural de economía circular para los próximos 30 o 40 años». La frase es del exconsejero de Agricultura y economista Jesús Arango, suscrita por el expresidente del Principado Juan Luis Rodríguez-Vigil, durante el programa de Cana10 'Diálogos de la aldea, el futuro del campo asturiano' que ayer organizó EL COMERCIO en colaboración con el Foro Jovellanos.

El presidente del Foro Jovellanos, Ignacio García-Arango, presentó la jornada, que quiso iniciar con «un emocionado recuerdo a Carlos Manuel Rodríguez, empresario que demostró que desde una localidad como Tineo se puede centralizar la actividad de una multinacional» como Cafento y que falleció inesperadamente a los 51 años la semana pasada. García-Arango dio pie al debate recordando que «los problemas del campo asturiano son hoy muy parecidos a lo que ocurría en tiempo de Jovellanos, con un exceso de legislación y burocracia -lo que Jovellanos definía en su tiempo como 'un maremágnum de leyes'-». Por ello, el presidente del Foro Jovellanos subrayó la relevancia de «difundir la Administración al campo, y que quienes legislan y los técnicos que deciden no estén permanentemente en la sede ovetense de la consejería».

Pisar el territorio. Conocer sus particularidades zonales y cómo funcionan y legislar para favorecer sus oportunidades de actividad económica, y no para restringirla.

Esa es la clave en la que los participantes en el debate coincidieron y la que quisieron desarrollar a lo largo del programa. Como ejemplo, Jesús Arango recordó que hay 654 artículos en las normas de urbanismo del Principado para la zona rural, y que «quien redactó el artículo que rige para las reformas en una quintana no conoce ni lo que es una quintana ni se da cuenta de que no se puede condicionar los permisos a si eres titular del régimen general agrario. El campo lo regula la gente urbana que quiere imponerle al campesino su visión romántica y absurda del campo», indicó Arango, en tanto que Vigil criticó el «ordenancismo absurdo» generado por «un conjunto funcionarial que ha huído del campo».

Recordó el expresidente que en su mandato se crearon plazas de funcionarios «en las oficinas comarcales» de desarrollo rural, pero ninguna plaza en Oviedo, porque los profesionales como «maestros, secretarios de ayuntamiento, médicos o bomberos tienen que vivir en el territorio en el que trabajan. Hay que incentivar eso».

1. La herencia de una región de grandes terratenientes

Para iniciar el debate, rompieron los contertulios moldes y clichés muy arraigados en el imaginario popular sobre lo que es el campo asturiano. «Históricamente, la propiedad estaba en manos de los nobles, que troceaban sus fincas entre colonos. A finales del siglo XIX y en el XX se las venden a esos aparceros, pero porque las rentas que daban eran pequeñas. Y esos nuevos propietarios eran muy reacios a perder la propiedad, que partían entre sus hijos, dando lugar al minifundio» que ahora se ve como tradicional en Asturias, pero cuyas bases históricas no son tan antiguas.

El problema adicional se produce décadas más tarde, cuando «los herederos se van a la ciudad y dejan las parcelas sin cultivar. Hoy, el absentista rural no es un noble, sino un taxista que trabaja en Oviedo o en Madrid», indicó Rodríguez-Vigil.

Jesús Arango, por su parte, recordó que los grandes tenientes fueron la Iglesia y los nobles, y que ya bajo su dominio partían mucho sus tierras entre los colonos porque «así maximizaban los ingresos», obligando a veces a cultivos «como cereales, para los que Asturias no estaba preparada». Arango anotó que «yo sigo a Feijóo» en cuanto a su tesis de que «la pobreza del campo asturiano» viene en buena medida «del modelo de poblamiento». Pero lo dijo sin acudir al fatum. Asturias debe subirse, en su opinión, a la ola de reformas que en buena medida facilita «la revolución tecnológica de velocidad y amplitud nunca vistas» en la que estamos.

2. «Hoy seríamos cuatro millones de asturianos»

Arango explicó que toda esa miseria («Asturias era la región más pobre de España en el siglo XVIII», anotó) no solo generó el abandono progresivo del campo, sino también una gravosa emigración: «400.000 asturianos emigraron de 1830 a 1930. Si se hubieran quedado, hoy seríamos cerca de cuatro millones de habitantes en Asturias». Ese despoblamiento es hoy, además, muy desestructurado: «hay una gran escasez de gente joven, con un panorama estremecedor. Diecisiete concejos perdieron más del 75% de su población desde 1951, y Pesoz llegó a perder el 93%. Hoy, 23 concejos tienen menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que es desierto demográfico, y si les restamos las capitales, 29 municipios están así, el 43% del territorio regional».

3. «Llevarse el IPLA a Oviedo ha sido un error»

Tanto Vigil como Arango tienen una idea poliédrica del campo. No todo es agroganadería, aunque sea la base. Explicaron ambos que «las oficinas comarcales tienen que ser de diversificación rural y de extensión. Talleres digitales para extender conocimientos muy aplicables». La aldea, por su parte, debe convertirse «en un distrito tecnológico de multiactividad» en el que las personas puedan tener una actividad agroganadera en el exterior de la zona urbana y otra complementaria en la urbana o en pequeños polígonos industriales.

En un momento en el que hay que «distribuir por el territorio los centros de investigación agroalimentario y de todo tipo, como ocurre en Dinamarca o Alemania», ha sido «un error llevarse el IPLA a Oviedo», se quejó Arango, que estuvo en su génesis y en su ubicación en Villaviciosa «cuando la villa estaba fatal conectada. Hoy tiene autovía a Gijón y a Oviedo y conectividad total, no tiene sentido llevárselo a Oviedo», salvo un «centralismo absurdo», que criticó Vigil.

4. «Tenemos el patrimonio rural hecho un desastre»

Se extendieron ambos también sobre las posibilidades de desarrollo que ofrece el patrimonio histórico y artístico, así como el natural, de nuestra zona rural, aunque Arango subrayó que «tenemos el patrimonio rural hecho un desastre». Vigil abogó por recuperarlo y que las visitas, guiadas, «se cobren. Un ejemplo, Muniellos, con 20 visitas gratuitas al día. Deberían ser varios turnos, con guía, pero pagando», y eso es algo que ambos extendieron al patrimonio del Camino de Santiago, en el que «los gallegos nos llevan décadas de desarrollo». Las iglesias o los castros, atendidos por lugareños «formados y que cobren por ello», serían un gran atractivo y un revulsivo para el campo, pero la realidad es que «hoy un turista no tiene la posibilidad, por ejemplo, de contratar un paquete de visitas a nuestro Prerrománico, por ejemplo».

5. «Hay que recuperar el campo con proyectos integrales»

Arango recordó que hay proyectos de zona como los de «La Figuerina, La Mesa, Boal o Corondeño» que deben servir como ejemplo: «Hay que crear agencias de colonización con proyectos ingrales para el campo», expresó Vigil. Ambos hablaron del caso del Valledor, «una zona de 5.000 hectáreas con 4.000 de bosque en la que habría que planificar el uso del suelo, traer y formar mano de obra y recuperar su patrimonio cultural» o el atractivo «del Monte Furado, una mina romana tan interesante como las Médulas de León».

Pero se trata de una colonización del siglo XXI, en la que el agroganadero diversifique su actividad, en la que pueda ofrecer sus productos a buenos precios al visitante y en la que se «aproveche el potencial de 500 millones de europeos a nuestras puertas».

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