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El joven Iván Castro. E. C.
Un chico «tranquilo», apasionado de los coches y muy querido en Langreo

Un chico «tranquilo», apasionado de los coches y muy querido en Langreo

Iván Castro, de 31 años, padecía un linfoma de Hodgkin, y había logrado superar un cáncer hasta en dos ocasiones

P. SUÁREZ

LANGREO.

Jueves, 1 de enero 1970

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Tenía 31 años. Era de Riaño (Langreo) y vivía con su novia de toda la vida en La Felguera. «Era como un hijo para mí», contaba Jesús Bango quien fuese jefe de Iván Castro durante dos años, el día después de que se confirmase la muerte del joven. «Fue a mediados de 2000. Pasó un proceso de selección y entro de aprendiz de mecánico en mi empresa, Bango Motor». Castro era un apasionado de este mundo, incluso llegó a correr en karts. «A los dos años le diagnosticaron el cáncer y sorteó la muerte hasta en dos ocasiones», rememoraban sus allegados. Numerosos familiares y amigos coincidían en señalar que «era un buen chaval» que evitaba problemas. Seguía en tratamiento y «tenía muchas ganas de vivir».

El joven era muy querido en Langreo. «En esta parroquia lo conocíamos muy bien; se rezó mucho para que pudiera vencer su enfermedad, para que tuviera fuerzas para luchar contra el cáncer», relataba Adrián Menéndez, ayudante en la iglesia de San Martín de Riaño y una de las personas encargadas de oficiar su funeral.

Nadie que lo hubiese tratado era capaz de explicarse lo sucedido. «Iván no estaba metido en malos rollos, no tenía problemas con las drogas, no tenía que dar respuestas a nadie y nunca estuvo metido en peleas con nadie. Era un luchador, que venció la batalla contra una dura enfermedad y solo tenía ganas de vivir junto a su novia», afirmaba su hermano. «Estamos destrozados y solo queremos que encuentren pronto al responsable de este asesinato y saber por qué lo hizo», apuntaba ya entonces, a la vez que reiteraba la condición trabajadora de su familia. «Todo lo que tenemos lo hemos ganado con el sudor de la frente. Nadie nos ha regalado nada». aseguró.

Ese mismo día, también quiso descartar una de las primeras hipótesis que manejó la Policía. «No iban a por mí. Yo solo me dedico a mi empleo, al fútbol y a estar con mi novia», declaró el que fuera el primer familiar en llegar a la escena del crimen aquel fatídico jueves.

Enfado con De Lorenzo

A la consternación y tristeza que inundaba a familiares y amigos, se sumaba aquellos días un gran enfado con el por entonces delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, quien públicamente había señalado un ajuste de cuentas como posible causa del crimen.

«Mi hermano tenía antecedentes policiales, sí. Fue por una pelea hace quince años con su novia. Nunca más volvió a suceder. De hecho, vivía con ella en La Felguera desde hace dos años», respondía el hermano del fallecido.

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