«Mis hijas no pueden salir solas de casa», denuncia una madre de Santullano, Mieres
Olga Suárez ya no puede más. Fue en octubre de 2022 cuando decidió sacar a su hija del centro educativo donde estudiaba, el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Batán, por el «constante acoso» que entonces, denunció, sufría su hija. La menor empezó estudios de FP de Peluquería, pero los tuvo que dejar y ahora acude a otro centro. Pero el hostigamiento, lamenta, se ha trasladado al ámbito donde reside, en el mierense barrio de Santullano. «Una de esas chavalas del Batán le hace la vida imposible y, con sus amigas, molestan ahora a mis dos hijas, a la de 16 y también a la que tiene solo once años. No pueden salir solas de casa».
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Hace tres días, relata, había un grupo de cinco niños «esperando a mi hija pequeña en el portal para pegarla. Tuve que bajar y echarlos. A los míos no se los toca». El miedo crece, continúa, cuando la madre de una de las presuntas acosadoras «me envió ayer -por el domingo- mensajes amenazantes a través de las redes sociales asegurando que iba a romperle la cara a las niñas. Cosas así».
Quiere denunciar ante la Guardia Civil, «pero es que la niña tiene miedo, pánico, a las represalias. Solo pido que las dejen en paz».
La situación llega al extremo en que la joven de 16 años no puede ni ir sola al instituto. «Imposible, tendría que acudir en el mismo autobús escolar que hace la ruta al Batán. También la tengo que recoger a la puerta del centro cuando acaban las clases por miedo a que la estén esperando para agredirla. La situación es insostenible. Creo que no habrá más remedio que acudir a la Guardia Civil porque no pueden ni salir a jugar al parque».
En este caso, Educación también tuvo que intervenir ante el posible acoso en el Batán.
