«Tengo miedo a bajarme del tren en la parada de Sotrondio por el botellón»

«Preocupados». Así se encuentran los usuarios de las estaciones de Feve en el Nalón, que critican que estos espacios están siendo ocupados «por las tardes y noches por jóvenes que hacen botellón». Explican que como consecuencia de su paso «hay azulejos pintados, cristales rotos y sobre todo, suciedad», por lo que reclaman que se tomen medidas para acabar con este tipo de conductas.

«No respetan nada. Después de que los servicios de limpieza dejen las estaciones impolutas, por las noches, vuelta al lío», comentaba ayer una viajera. Según explican, esta situación se repite en las instalaciones de La Felguera, El Entrego, Sotrondio y en el apeadero de Blimea, principalmente. Algunos usuarios de edad avanzada piden a sus familiares que vayan a buscarles por seguridad. «Tengo miedo de bajarme en Sotrondio, en alguna ocasión recriminé a un grupo que estaban sentados en la estructura donde pasas el billete de tren y lo que hicieron fue insultarme. Desde entonces vienen a recogerme», detalla una de las afectadas, que no descarta recurrir a otro tipo de medio de transporte.

Unos hechos que ratifican los propios vecinos de estas localidades del valle del Nalón que viven cerca de las estaciones. «A menudo, a partir de las siete o las ocho de la tarde, se escuchan voces y golpes. No están mucho tiempo, pero lo dejan todo fatal», comentaba un vecino.

Usuarios y vecinos lamentan «que nadie les diga nada, no deben tener más de quince o diecisiete años. Algunas veces llamamos a la Policía Local, pero nos dijeron que tienen pocos efectivos y que no es de su competencia, aunque en ocasiones vienen tras insistirles. Pero es que ni a ellos les hacen caso, porque al día siguiente vuelven a estar ahí».

Las estaciones están equipadas con cámaras de seguridad que están conectadas con Oviedo o con El Berrón, «pero aún así no se hace nada», dice un vecino de Sotrondio «indignado con la situación». Considera, además, que los gestores de las estaciones «tendrían que estar más atentos a las cámaras y mandar a agentes para que procedan a denunciar a estos jóvenes».

Un matrimonio al que le gusta acudir al centro de mayores de Pola de Laviana explica que «dejamos de ir en tren porque si te bajas en Blimea, siempre está ocupado por jóvenes y nos da respeto, se ríen y gastan bromas, incluso están bebiendo, hay que esquivarlos, aunque nunca nos dijeron nada». «Si los miras o les dices algo, se ponen chulos y te increpan, lo mejor y lo que hace todo el mundo es salir rápido», añade un vecino de El Entrego.