Obras para asegurar la zona del último argayo en Aller
El Ayuntamiento aspira a erradicar desprendimientos como el que causó la muerte a un vecino el pasado 19 de diciembre
A. FUENTE
BOO (ALLER).
Lunes, 6 de enero 2020
El Ayuntamiento de Aller ha recurrido a una empresa especializada -que conoce, además, bien la zona- para acometer las primeras labores de emergencia tras el último desprendimiento de piedras y barro en Boo, un argayo que sepultó a un vecino de la zona el pasado 19 de diciembre. El alcalde, el socialista Juan Carlos Iglesias, detalló que la primera actuación se centra en asegurar la zona, ya que todavía hay material susceptible de provocar nuevos desprendimientos. Posteriormente, en una segunda, fase, se abordará la recuperación de la ladera y del camino vecinal que conecta a El Picu. Por el momento, no hay plazo de ejecución previsto.
Fue en febrero de 2018 cuando se culminaba la obra de construcción de un muro de contención ante el riesgo de desprendimiento de la conocida como la peña de El Picu, sobre la población de Boo. La empresa encargada fue New Construction, a que ahora actúa en al argayo. Los trabajos contaron entonces con un presupuesto de poco más de 68.000 euros. Pero esa labor fue inicial; todavía están pendientes las soluciones definitivas que se tenían que plasmar en un estudio encargado para determinar las causas del posible desprendimiento de la peña de El Picu sobre la localidad, un peñasco de 720 toneladas. El muro fue el primer paso, pero para evitar una rotura de forma definitiva, pero se enumeraban otras obras necesarias, como una limpieza en profundidad de la roca para quitar la vegetación, la instalación de dos mallas metálicas de seguridad, una triple torsión y una segunda de alta resistencia. También está prevista la colocación de burones, una serie de sujeciones metálicas para amarrar la roca y la construcción de canales de drenaje en la parte superior para impedir que el agua siga generando el desgaste en la roca y nuevas filtraciones.
Encuentro con Hunosa
El documento, que fue redactado por la empresa Geoconsult, determina también el origen del riesgo de fractura de la peña y posible caída sobre la población. En este sentido, el texto apunta a las propias características de la roca, a la rotura de la misma, a la pendiente del terreno y, también, a la actuación humana con la adecuación de un talud y a la subsidencia (hundimiento) minera de la zona. A ésta última causa apuntan los vecinos para explicar el movimiento de tierras en el propio núcleo del pueblo y que provocó también la aparición de grietas en las viviendas, causa por la que prevén demandar a Hunosa en cuanto se redacte un nuevo informe geológico en la zona, estudio comprometido por el Consistorio. Por su parte, la hullera pública ha evitado pronunciarse sobre el último accidente mortal en la población allerana.
El alcalde allerano indicó que está a al espera de que la dirección de Hunosa le dé cita esta misma semana para abordar éste y otros asuntos pendientes.
La víctima mortal era Antonio Lesmes, de 77 años, una persona muy conocida y querida en Boo. Era jubilado de la mina; había trabajado en el Pozo Santiago.