Coronavirus en Asturias | Alejandro Braña: «El curso se abre con incertidumbre y riesgos imposibles de controlar»

Para el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Asturias, Alejandro Braña (Oviedo, 1950), la vuelta al colegio llega marcada por la «incertidumbre de la COVID-19» y llena de «riesgos imposibles de controlar». Asegura que «no hay ninguna medida cien por cien eficaz para evitar los contagios». Por eso, ve necesario «implementar todas las medidas con las que sea posible reducir al máximo el riesgo».

-¿Qué opina sobre la baja para los padres con niños en cuarentena por COVID que plantea la ministra Celaá?

-Pues que es una irregularidad total. Una baja por enfermedad tiene unas connotaciones muy determinadas y está perfectamente regulada. Otra cosa es un permiso, que es algo completamente distinto.

-¿Cómo ve usted la vuelta al colegio?

-Pues con preocupación. Porque creo que ha habido una muy mala organización o nula, incluso, por parte de la Administración para regular una cosa tan importante como es el nuevo curso escolar. Y el programa educativo de un país es uno de sus pilares básicos. Sin Educación no hay desarrollo.

-¿Qué falla?

-No hay un plan general. Cada autonomía va por libre y casi en cada centro escolar se toman medidas, con muy buena intención y la mejor planificación del mundo, pero que no son coordinadas desde el punto de vista de nación. Y vuelvo a repetir que estamos hablando de un tema extraordinariamente serio e importante.

-Se apuesta por la asistencia presencial ¿la ve factible?

-A día de hoy no hay una definición exacta de qué medidas se necesitan, de cuántos alumnos debe haber por clase, cómo controlar la sintomatología o que puede pasar con los profesores que pueden ser personas de riesgo por edad o por patologías... todo esto no está definido a una semana del inicio del curso.

-¿Y el uso de las mascarillas en las aulas?

-Ojo... no es solo el uso de la mascarilla sino qué tipo de mascarillas y cómo deben usarse. No todas las mascarillas son idóneas y no hablo solo de comodidad de uso, sino de eficacia. Y hay que hablar además de cada cuánto tiempo se van a cambiar las mascarillas que usen los alumnos y si sabrán utilizarlas. Estamos hablando de niños que por su propia naturaleza es muy difícil que tengan un comportamiento disciplinado las 24 horas del días. Es imposible.

-El comportamiento cambia...

-Claro. No es lo mismo estar en casa en un ambiente controlado que en un ambiente de un grupo de niños y, ojo, durante todo un largo curso escolar.

-¿Cuáles son las claves, entonces?

-Como digo estamos ante un problema en que hay un factor de incertidumbre total y absoluto, que es el virus y cómo se va ir desarrollando el proceso en el tiempo, sabiendo que aún no tenemos un tratamiento para evitar que se produzca la enfermedad. Entonces, en este terreno de total incertidumbre, lleno de riesgos que no se pueden controlar, se plantea llevar a cabo algo que desde el punto de vista sanitario supone un riesgo importante.

-¿Es un riesgo volver a las aulas?

-Sí y no se trata solamente de la posible afectación de los niños. Sabemos que afortunadamente la mayoría de ellos desarrollan una enfermedad más leve o prácticamente asintomática con respecto a los adultos, pero lo que sí ocurre es que esos niños son agentes transmisores de la enfermedad a otras personas. La cuestión es que esos niños luego van a volver a casa con sus padres con sus abuelos, familiares, vecinos y demás.

-¿Qué otros problemas le preocupan?

-Pues a esto se va a sumar la llegada de los catarros, de las gripes estacionales que aún van a complicar más las cosas. Se abre este problema con demasiadas incógnitas y sin tener aún normas definitivas. Por lo tanto lo vemos con una gran preocupación y ya hemos visto cómo en otros países tuvieron que cerrar centros educativos a los pocos días de empezar el curso.

-¿Debería haber profesionales de enfermería en los centros?

-Ante una pandemia como ésta, de consecuencias tan serias y que produce una enfermedad tan grave, e incluso la muerte en un número desconocido hasta ahora, es evidente que representa un aldabonazo sobre la relevancia que tenemos que dar al control sanitario de la población. Sería muy necesario que en los centros educativos hubiese personal sanitario para estos cuidados y controles.