Desalojado el pasaje de un vuelo con destino a Sevilla tras un estallido y una densa humareda
La compañía Volotea achacó el incidente que dejó a un centenar de viajeros en tierra a «un problema técnico en un chequeo rutinario»
OLAYA SUÁREZ
AVILÉS / GIJÓN.
Miércoles, 2 de mayo 2018, 03:00
«Escuchamos un estallido cuando estábamos ya dentro del avión y empezó a oler muchísimo a quemado. Fue entonces cuando el comandante nos pidió que desalojásemos, salimos con tranquilidad y sin que hubiese escenas de pánico». Diana Rubio, unas de las pasajeras del vuelo de Volotea que cubría el trayecto de Asturias a Sevilla relataba así cómo vivió el pasaje el tremendo sobresalto que obligó a evacuar la aeronave pocos minutos antes del despegue. «Fue un susto, sobre todo por pensar lo que podría haber ocurrido si llega a pasar cuando estuviésemos ya volando», añadía.
La compañía Volotea achacaba el incidente a «un problema técnico en uno de los chequeos que se hacen antes de volar; en esa comprobación se detectó una anomalía que hizo saltar la alarma». Al parecer, la intensa humareda procedente del avión fue causada por un fusible que estalló durante las «comprobaciones rutinarias». «En ese procedimiento de comprobación se detectó un problema técnico, saltó el chivato de que algo no iba bien y eso provocó el humo», señalaron fuentes de la compañía, las mismas que añaden que «aún se desconocen las causas del incidente».
Alrededor del centenar de pasajeros que se disponía a viajar a Sevilla a las 15.50 horas fueron trasladados a un hotel de Avilés para servirles la cena antes de embarcar en otra aeronave, hecho que se produjo alrededor de la medianoche.
Los cambios de planes de los afectados fueron tomados con resignación. «Llegaremos a Sevilla pasada las doce y media de la noche o más. Es una rabia, porque me pierdo el partido y soy madridista», comentaba la sevillana Lucía Jacome, que regresaba a su tierra después de unas cortas vacaciones con José, su novio gijonés. «Cuando subimos, le dije a José que olía mucho a quemado. La verdad es que estaba un poco 'asustaílla': se veía una humareda bestial». Y es que, como subrayó Ana María Segura, almeriense residente en Sevilla, «ya olía a quemado desde la rampa de acceso».
Los viajeros agradecieron la atención dispensada por la tripulación y por el personal de Volotea en tierra. «Nos informaron rápidamente y el desalojo se produjo sin incidentes», explicaban. «No llegamos a despegar. Justo antes de cerrar las puerta el comandante nos dijo que teníamos que abandonar el avión», comentó el sevillano Juan Antonio Romero.
Yuheidy Vargas, de Oviedo, no olvidaba «la explosión» que escuchó al abandonar el aparato. «Si llegamos a estar volando, a lo mejor estábamos hablando de algo mucho más serio y de mayores consecuencias», comentaba. Nada más desembarcar en el aeropuerto de Asturias, cada viajero recibió un vale de diez euros para consumir en la cafetería de la instalación. Aproximadamente una hora después fueron llevados en autobús a un hotel de Avilés, donde les sirvieron la cena antes de regresar al aeródromo para coger de nuevo el vuelo a Sevilla.
Plan de emergencias
El estallido en el avión y la posterior humareda motivó que se pusiese en marcha de forma inmediata el plan de emergencias en el aeropuerto de Asturias, lo que implicó la intervención de los bomberos y la paralización del tráfico de aéreo de despegues y aterrizajes hasta que se garantizó la seguridad en las pistas.
El incidente se produjo cuando la mayoría se disponía a regresar a sus casas después de un puente festivo en Asturias. No solo se vio afectado el pasaje a Sevilla, sino también los que debían de tomar el mismo vuelo desde la capital hispalense a media tarde. La compañía Volotea optó por fletar un avión desde Nantes (Francia). «Lo que queremos es que los viajeros sufran el menor retraso posible en sus vuelos», explicaban desde la empresa aérea. La legislación europea prevé reclamaciones e indemnizaciones para este tipo de casos.