Así te hemos contado la fiesta del Xiringüelu

Comienza a caer el sol. La fiesta sigue en todos los puntos del prau.

Máxima atención desde las alturas.

Algunos asistentes denuncian la pérdida de móviles, carteras y mochilas ante los agentes. Ya apenas entra gente al prau, que gana en intensidad para los que aún tienen por delante varias horas de fiesta.

La brisa se deja notar y el calor da un respiro. Pese a las atenciones sanitarias, la organización confirma que la jornada se está desarrollando “tranquila y sin incidentes de gravedad”.

Ante una folixa de este tipo, nunca está de más reponer fuerzas.

¡Ambientazo en las casetas!

Ante una folixa de este tipo, nunca está de más reponer fuerzas.

Todos los asistentes coinciden: el tiempo, inmejorable. Bochorno durante toda la jornada pero nubes que aligeran varios grados la sensación térmica. Sigue llegando gente al prau Salcéu.

Los servicios sanitarios atienden a un joven que se encontró indispuesto en el prau de la fiesta.

Siguen llegando cientos de asistentes de todas las edades. Por un lado, ambiente familiar y sidra en las casetas. En el prau, miles de jóvenes que discurren entre la sidra y el botellón. Todavía queda mucha fiesta por delante.

Hasta el momento, jornada tranquila y festiva en el prau Salcéu. Sin incidentes de ningún tipo.

La organización cifra la asistencia en 40.000 personas.

Cae la tarde en Xiringüelu y las primeras orquestas ya empiezan a tocar en el prau de la fiesta.

Los jóvenes se quejan del calor, pero no tienen problema en quitarse prendas para continuar la jornada.

Aquí no sólo hay fiesta. La gente que se encuentra trabajando tras la barra, no para de dar comidas a todas las personas que están cogiendo fuerzas para el resto del día.

A pesar de la afluencia de gente, de momento, todo funciona con normalidad, reinando el buen ambiente.

Es la primera vez que vienen, y con esta caseta unen Madrid y Pra via, sus lugares de origen.

La zona del escenario es la predilecta para pasar el día.

Lucía, Isabel y Cristina han encontrado en Pravia el lugar donde hacer un encuentro de su erasmus.

Luis decidió refrescarse, y a sus amigos, lanzando cerveza.

César Muñiz lamenta no poder bañarse en el río, lo que para él es un clásico de las fiestas del Xiringüelu.

Aunque disfruten, lloran la pérdida de sus botellas de sidra.

La diversión se respira en el ambiente. La gente baila y rie, en unas fiestas que no dudan en catalogar como las mejores.

La única queja que se oye en el Xiringüelu es la falta de baños.

Jose viaja por el mundo con su bandera del Rayo. Aquí está representando su barrio.

Para que toda la bebida que traen no sé caliente, deciden venir cargados con piscinas, que suplen a las neveras.

Desde Canarias llegan para disfrutar de esta fiesta

La sidra es la protagonista de la fiesta. La peña La Pumarada trae consigo 180 botellas.

Este año es el quinto consecutivo en el que ellas deciden acercarse hasta el prao Salcéu.

Las casetas están abarratodas.

Los controles de seguridad aumentan ante la llegada masiva de personas.

Aunque ya ha parado de llover, los más precavidos han decidido utilizar este remedio.

La gente no deja de llegar, aunque ya lo tienen complicado para encontrar un lugar en el que situarse.

El control de seguridad también se hace desde el aire. Un helicóptero vuela sobre la zona.

Comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, pero eso no hace que pare la fiesta

Lucía lleva 12 años viniendo a la fiesta de Pravia, una rotura de pie no iba a hacer que este año fuera distinto.

Para disfrutar del Xiringüelu llegan desde todas partes. Fernando y Eva, desde Lugo.

Para disfrutar del Xoringüelu vienen de todas partes. Fernando y Eva vienen desde Lugo, por primera vez.

La música acaba de empezar a sonar y, con ella, la gente se arranca a bailar.

Las banderas de Asturias tiñen de azul el prao Salcéu.

Los más pequeños también disfrutan, iniciando una guerra de agua en la caseta de la peña L' chamizu.

Llegan desde Avilés cargando con 200 litros de bebidas alcohólicas.

Los que no tienen caseta tampoco se lo han querido perder.

La Guardia Civil es la encargada de que nada salga mal, con un gran dispositivo policial a la entrada del recinto.

La peña Los Vigilantes de la barra, ya están disfrutando un año más de su fiesta. Ellas, no se la pierden desde 2012.

Los jóvenes llegan en autobuses, trenes y vehículos propios. Los aparcamientos en Pravia ya están llenos.

El Xiringüelu ya ha comenzado. Cientos de personas ya están en el prao Salcéu disfrutando de la fiesta.