«Cuando me disfrazo de Spiderman, los niños ingresados olvidan su dolor un rato»

Al médico Santiago Jiménez Treviño, 'Santi', no le hace falta una picadura de araña para convertirse en Spiderman y sacar una sonrisa a los niños ingresados en el HUCA. Durante estas visitas no hay enemigos, solo aliados y los enfermos «olvidan su dolor durante un rato». Para ellos es un «chute de energía», para él una forma de confirmar esa vocación filantrópica que hace décadas lo llevó a escoger la Medicina. El Spiderman asturiano -también pediatra del área de gestión clínica del HUCA- impartió ayer una emotiva charla en el marco del VIII Congreso de Estudiantes de Medicina en la Universidad de Oviedo.

Santi Jiménez ahondó en la necesidad de transformar la sanidad por medio de la humanización de los cuidados. En su caso, la idea del disfraz surgió de la conjunción de dos factores poderosos: el ejemplo médico y humano de su padre y «un cierto 'frikismo'» por el mundo de Marvel. Al principio fueron 'cameos' esporádicos, pero pronto esos ratitos compartidos se convirtieron para Santi en una actividad complementaria a su ejercicio profesional. No es el único. También los voluntarios, los payasos de hospital y las aulas hospitalarias acompañan a los niños y familias durante el ingreso. «Lo que hacemos no mejora los pronósticos, pero arroja un poco de luz y esperanza en un periodo oscuro de la vida», apuntó.

El pediatra reconoció que, en ocasiones, la saturación de las consultas hace que muchos médicos se quemen: «No se puede hablar de humanización con 60 pacientes en una mañana». Ahora bien, el profesional recordó que, en cualquier caso, «el de enfrente no tiene la culpa» e insistió en que «una sonrisa o una palabra amable marcan la diferencia». Jiménez Treviño animó a los futuros médicos a cultivar la empatía como valor central de su carrera. «De nosotros depende que el hospital deje de ser un espacio inhóspito para los más pequeños», terció.