Dos de cada diez asturianos sufren pobreza energética
El Principado está entre las comunidades menos afectadas por esta problemática. El ranking a nivel estatal lo encabeza Andalucía
a pobreza es una de esas realidades absolutas que atraviesan la existencia en dos. Conoce distintos formatos, aunque en los últimos tiempos –marcados por la incertidumbre de una crisis inflacionaria sin visos de remitir– la que está en boca de todos es la pobreza energética. Asturias es una de las cinco comunidades españolas con menor porcentaje de hogares en situación de pobreza energética, concretamente, entre un 12% y un 20% de los hogares no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, frente al 25% de la media nacional.
Junto al Principado, este fenómeno tiene una presencia menor en Baleares, Cantabria, Cataluña, Madrid y País Vasco, según la Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (Eresse), en su última actualización de 2020. Las comunidades más afectadas por la pobreza energética son Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia, donde el porcentaje de hogares en estas precarias condiciones asciende a un 30% de los hogares, siendo este un problema de carácter estructural.
Si bien Asturias no está mal posicionada en el ranking estatal de pobreza energética, la realidad es que cada vez más personas de la región –independientemente de su nivel socioeconómico– buscan alternativas para escapar del frío sin encender la calefacción, tal está siendo el impacto de la escalada de los costes del gas y de la energía eléctrica, motivo por el cual también se buscan alternativas en las viviendas en las que la cuestión económica no es la esencial.
Aunque en los últimos tiempos preocupa a mucha más gente, la imposibilidad de mantener el hogar a una temperatura adecuada es un problema que golpea, especialmente, a las familias asturianas con menos recursos económicos. Sus casas, habitualmente más antiguas, están mal aisladas y pueden llegar a padecer humedades recurrentes. De otro lado, los aparatos eléctricos que pueden permitirse son también de peor calidad, dificultando el mantenimiento de la temperatura. Todos estos factores hacen que muchas familias se lo piensen dos veces antes de encender la caldera. Desde hace varios años, el Principado dispone de una línea de ayudas a las familias –1,73 millones de euros este año– que distribuye a través de conciertos con los ayuntamientos. En 2017, se concedieron 5.582 subvenciones del Plan Concertado de Servicios Sociales que beneficiaron a 12.084 personas.
109.299 asturianos sobreviven con menos de 6.357 euros al año
Si la coyuntura energética es preocupante para las clases medias, que han visto reducido su poder adquisitivo a causa de la inflación, para las personas que sufren pobreza extrema la situación es verdaderamente crítica. En Asturias, casi el 11% de la población se encuentra en esta tesitura, de acuerdo con los datos del informe de EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza), relativo al año 2021. Ese porcentaje significa, en términos absolutos, que no menos de 109.299 asturianos sobreviven con menos de 6.357 euros al año. Cuando el nivel de ingresos no llega para cubrir todos los gastos las familias se ven obligadas a elegir entre comer o calentar su hogar, quedando siempre esta última opción en un segundo plano.
