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La epigastralgia, un dolor en la boca del estómago provocado por una mala digestión o ansiedad

La dolencia también puede estar relacionada con cólicos biliares o pancreatitis y suele tratarse con analgésicos y protectores estomacales

YAGO GONZÁLEZ

OVIEDO.

Sábado, 24 de abril 2021, 01:34

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«Ingresado en el HUCA con un dolor en la zona del esternón». Las primeras y escasas informaciones que se conocían ayer por la mañana sobre el estado de salud de Adrián Barbón pudieron generar malos presagios. No obstante, finalmente no hubo que lamentar ningún episodio cardiaco y sus síntomas se debían a una gastralgia.

¿Y qué es una gastralgia? «El nombre médico estricto es epigastralgia, que es un dolor en la boca del estómago, el epigastrio», explica el doctor José María Duque, médico digestivo del Hospital San Agustín de Avilés. Según el doctor, dicho dolor «suele deberse a causas banales, como una mala digestión (que en medicina se conoce como dispepsia), quizá el efecto de algunos medicamentos o también, en muchos casos, estados de estrés, nervios o ansiedad». Esta útima parece ser la principal causa de la dolencia de Barbón.

En algunos casos, la gastralgia puede estar relacionada con enfermedades más graves como el cólico biliar (causado por piedras en la vesícula), la pancreatitis aguda o un infarto de miocardio. «Pero conviene trasladar un mensaje de tranquilidad, porque la gastralgia suele deberse a motivos de mucha menos importancia», insiste el doctor Duque.

El tratamiento para esta afección, señala el facultativo, es sencillo: «Medicación para aliviar sus síntomas, como analgésicos o protectores del estómago».

Según diversos estudios médicos, la manifestación de esta dolencia, cuyo indicador principal es un dolor intenso en el epigastrio, también puede venir también acompañada de otros síntomas como náuseas, ardor de estómago, calambres en el abdomen, sudores fríos, gases, vómitos o episodios de diarrea o estreñimiento.

Los episodios pueden ser esporádicos o producirse varias veces por semana, mientras que la duración de cada crisis puede ser de unos pocos minutos o alargarse durante horas, según el caso.

El consumo habitual de alcohol, las comidas copiosas o un dieta elevada en cafeína, grasas o bebidas gaseosas también pueden ser desencadenantes de esta dolencia.

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