Expertos afirman que fumar cannabis con vapeadores es «más dañino»

«El cannabis es una droga con fama de inocua, pero de inocua no tiene nada». Los expertos advierten de las consecuencias del consumo de esta sustancia que, según revela el informe Estudes, elaborado por el Ministerio de Sanidad a partir de miles de encuestas a estudiantes de 14 a 18 años, sigue siendo la droga ilegal más consumida en este tramo de edad. El 33% la ha probado alguna vez en su vida, el 27,5% en el último año y el 19% en el último mes. A diario la fuman el 2,3%.

Lo que ha alertado a las autoridades sanitarias es constatar el notable incremento de jóvenes que consumen cannabis mediante cigarrillos electrónicos o vapeadores. Pasó del 1,8% en 2016 al 5,4% el año pasado. «Estamos ante un problema emergente, y más cuando hemos comprobado que uno de cada dos adolescentes y jóvenes han utilizado estos nuevos dispositivos en el último año por muchos factores como, por ejemplo, la moda o porque puede parecer hasta elegante», expresó la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, el martes al presentar los resultados del informe Estudes.

Sin embargo, los riesgos derivados del consumo de cannabis mediante estos dispositivos, sobre todo con los vapeadores, aumentan porque la sustancia tóxica pasa en mayor cantidad y más rápido a la sangre. Por tanto, resulta «más dañino» para el organismo y, apunta Eduardo Carreño, médico especialista en conductas adictivas, hay también «más posibilidades de engancharse» al cannabis si se utilizan estos nuevos dispositivos.

En criticar la banalización que muchos hacen de los riesgos derivados del consumo de esta sustancia coincide Julio Bobes, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que advierte de los graves daños cerebrales que, en el caso concreto de los jóvenes, lleva aparejado este hábito. «Hasta los 23 o 24 años, el cerebro se está desarrollando y todas las tonterías que se cometan previamente serán irreparables».

Hay más constataciones del riesgo del consumo de cannabis, sustancia que «usan el 30% de los jóvenes», dice Bobes. Al menos un 25% de los brotes psicóticos en este segmento de la población «tiene origen cannábico». Porque «tras el LSD, la cocaína, anfetaminas y drogas 'de discoteca'», recuerda Carreño, esta es la tercera sustancia que más casos de psicosis provoca. «A diario veo primeros episodios psicóticos desencadenados por el consumo de cannabis», dice Bobes. Hace treinta años, eran la excepción.

Las consecuencias de fumarse un porro o inhalar cannabis con un cigarrillo electrónico, afirma el psiquiatra, son «igual de nefastas»: afectaciones hepáticas, respiratorias, oncológicas... También los neumólogos «estamos muy concienciados» respecto a los perjuicios para la salud de estos nuevos dispositivos, aseguró ayer la presidenta de la Sociedad Asturiana de Patología Aparato Respiratorio (Asturpar). Para Marta García Clemente, el dato de que la mitad de los jóvenes españoles entre 14 y 18 años ha probado el cigarrillo electrónico «es alarmante». La neumóloga recordó que «en Estado Unidos, en los últimos meses, hay muchos casos descritos de patología pulmonar grave de personas que murieron por vapear y por consumir cigarrillos de este tipo. A la larga, son motivo de enfermedades pulmonares. La población debería concienciarse».