Las facultades no seguirán la recomendación de mantener un asiento libre entre alumnos

Sin embargo, con el comienzo del curso a la vuelta de la esquina, el rectorado ha anunciado una recomendación, que contempla que para el desarrollo de las clases presenciales se mantenga una distancia entre alumnos de un pupitre, la denominada como distancia examen.

Esta recomendación, que sin embargo en el escenario naranja sería obligación, no puede ser seguida por todos los centros educativos por falta de espacio en sus aulas. Es el caso, por ejemplo, del centro de Formación del Profesorado y Educación. En sus aulas se albergan anualmente cientos de alumnos, y de mantener la distancia examen no podrían cumplir con la presencialidad prometida al alumnado. «No vamos a poder hacer eso nunca. Llevamos un año y pico buscando la presencialidad, y no podemos ir ahora hacia atrás. Confiamos en la responsabilidad de nuestros alumnos, y en la priorización de los medidores de CO2», explica su decano, Celestino Rodríguez.

Y es que precisamente los medidores de CO2 son una clave importante de cara al inicio del curso, fijado para el 9 de septiembre. Este elemento, un imprescindible en las aulas para la consejera de educación, Lydia Espina, será priorizado en las aulas en las que las distancias sean complicadas de mantener. Los centros han tenido que poner en conocimiento del rectorado cuáles son estas aulas, para instalar en estas los medidores. Los decanos esperan que los medidores puedan ser una solución efectiva que, junto con la ventilación, controle la situación.

En una situación similar se encuentra Jose Manuel Noriega, decano de la facultad de Ciencias. En ninguna de sus aulas podría mantenerse esta distancia examen. «Solo podríamos mantener las distancias en un aula que utilizamos, y es la de facultad de geología. Por parte del rectorado, han venido para ver las seis aulas que hemos priorizado para colocar los medidores de CO2, y nos han dicho que se instalarán antes del comienzo de las clases. El problema que tenemos es que aún cerramos las listas de matriculación esta semana, y la ocupación de las aulas no es 100% segura», explica Noriega.

El decano de Ciencias también apunta que, de empeorar la situación y que se deba instaurar de nuevo el escenario naranja, la incorporación de los alumnos sería complicada. «Confiamos en que la población esté totalmente vacunada y que la responsabilidad y las salidas de las aulas controladas sirvan de método de refuerzo», añade.

Otros, sin embargo, no viven con la misma problemática. En la Escuela Politécnica de Gijón podrán seguir la recomendación sin ningún tipo de problemas. «No tuvimos grandes problemas el año pasado en cuanto aforo y la situación era similar. Podríamos incluso aumentar la distancia a dos plazas entre alumnos. A principios de curso es cuando más gente viene, y si podemos controlar la situación en estas circunstancias, podemos gestionar bien todo el año», explicó.