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A la izquierda, el hombre que acompañaba a la víctima, en el lugar del suceso. MARIETA
«Le dije que no se tirara, que no lo hiciera», lamenta el amigo del pescador que falleció en el pantano de Trasona

«Le dije que no se tirara, que no lo hiciera», lamenta el amigo del pescador que falleció en el pantano de Trasona

Ion Branescu, rumano de 62 años y afincado en Gijón, no pudo regresar a la orilla cuando intentaba recuperar su caña y su cadáver fue rescatado por un helicóptero de Bomberos

J. F. GALÁN

TRASONA.

Domingo, 30 de junio 2019, 03:07

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Ion Branescu, de nacionalidad rumana y 62 años de edad, falleció en torno a las cuatro de la tarde de ayer mientras pescaba en el embalse de Trasona (Corvera), propiedad de ArcelorMittal y vedado para la pesca. Un pez que había mordido el anzuelo le llevó la caña, se tiró tras ella con ánimo de recuperarla, sin conseguirlo, y no pudo regresar a tierra. Se fue al fondo. Media hora después, su cadáver era rescatado por la tripulación de un helicóptero de Bomberos.

Afincado en Gijón, trabajaba en una empresa láctea de Tineo. Era viudo desde hace un año, su única familia en Asturias es una sobrina, igualmente residente en Gijón, y la próxima semana tenía previsto regresar a su país con motivo de la boda de su hija. Pescaba en compañía de un amigo al que le falta un brazo. «¡Le dije que no se tirara, que no lo hiciera!», lamentaba una y otra vez. Ambos estaban en la parte posterior de ParqueAstur, en la zona opuesta al muro de contención, una ribera a la que se accede sin la menor dificultad y que desciende suavemente hacia el agua, a escasos metros de la carretera que bordea parte del embalse.

Según el relato de su acompañante, «el pez arrastró la caña» aguas adentro y, desoyendo sus consejos, no lo dudó. «Se quedó en calzoncillos y se fue a por ella, primero a pie y luego a nado». En un momento determinado, cuando ya se encontraba a cierta distancia de la orilla dio la vuelta y emprendió el regreso. «Todo fue muy rápido. De repente dejó de nadar y desapareció». En ese momento «una embarcación pasó cerca de él, pero no hizo nada», aseguró, sin llegar a precisar (tenía dificultades para expresarse en español) si se trataba de una lancha o de una piragua o bote de remo olímpico, habituales en el embalse. La Guardia Civil ha abierto la correspondiente investigación, si bien los primeros indicios apuntan a que el o los tripulantes no se percataron de lo que sucedía bajo la quilla.

El helicóptero no tardó en llegar. Una vez en el agua, el rescatador inició la búsqueda, tarea que se vio dificultada por la nula visibilidad que ofrecen las turbias aguas del embalse de Trasona. Finalmente el cadáver fue localizado desde el aire bajo la superficie, a no excesiva distancia de la orilla, y guiado por los compañeros que permanecían en la aeronave el rescatador logró asegurarlo al cable de la grúa de a bordo.

El cadáver fue depositado en la orilla, muy cerca del lugar en el que pescaba, en el que un cartel recuerda la prohibición de pescar. Allí esperaba su desconsolado compañero junto a otros amigos, todos de nacionalidad rumana, que poco a poco fueron llegando al lugar del siniestro. Una hora después la autoridad judicial ordenaba el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Asturias, en Oviedo. Las diligencias judiciales han quedado en manos de los Juzgados de Avilés. Además de la pesca, en el embalse de Trasona también está prohibido el baño.

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