Frustran una fuga de película en la prisión de Asturias
Tras serrar los barrotes de su celda, bajar con una sábana y llegar al tejado del módulo de ingresos, los dos fugitivos fueron interceptados
Una fuga que podría haber sido perfecta si no hubiera sido por la rápida intervención de los funcionarios de prisiones. Dos reclusos del Centro Penitenciario de Asturias, que responden a las iniciales de J. S. S. (varón de 22 años y con condena por seguridad vial) y A. J. J. (hombre también de 33 años, con 15 años de condena por varios robos con fuerza), intentaron escapar de la cárcel durante la noche del viernes al sábado siguiendo un plan premeditado y para nada exento de imaginación.
La voz de alarma se activó a las ocho de la mañana, cuando se efectúa el recuento de presos que se lleva a cabo minuciosamente todos los días; en ese momento la falta de los dos presos hizo que se activaran todos los protocolos. Desde el Centro Penitenciario se dio aviso a la Guardia Civil y se cerró por completo el recinto penitenciario. Tras esto comenzó una exhaustiva búsqueda por el recinto.
El periplo comenzó en la celda de los propios reclusos; lo que los funcionarios se encontraron fue que los presos habían conseguido serrar los barrotes de la ventana, una tarea que se sospecha pudo llegar a realizarse con algún tipo de sierra haciendo palanca, algo nada sencillo teniendo en cuenta el grosor de los barrotes: entre tres y cuatro centímetros de diámetro.
La escena no solo dejó esa imagen, sino que los funcionarios también encontraron unas sábanas con las que los presos habrían conseguido bajar de la misma.
Tras conseguir vencer esta primera barrera, difieren las versiones. Algunas fuentes indican que los fugados habrían llegado a la zona de cocinas, donde teóricamente se camuflaron en el jardín. Otras aseguran que los presos habrían subido y bajado algunos muros del recinto hasta haber conseguido llegar al último tejado, sin pasar de allí.
Casi cuando parecía que conseguían llegar a cabo su intento de fuga, este se vio trastocado. No había otro modo que franquear el módulo de ingresos, un acceso de dos puertas perfectamente bajo control.
Es entonces, cerca de una hora después de que se hubiera efectuado el recuento de los presos del módulo seis que hizo que saltaran todas las alarmas, cuando el funcionario del portón de la cárcel se percató de ver a los dos fugitivos en el tejado, comunicándolo y procediendo a su detención. Actualmente los dos presos se encuentran en el módulo de aislamiento.