«Hay que buscar acuerdos con ganaderos y apicultores para la conservación del oso»

–Cada vez es más común avistar osos cerca de núcleos urbanos. ¿Qué opina al respecto?

–Es verdad, se ven más. Esto es lógico en una población en crecimiento. Los osos siempre han bajado a robar fruta, pero algunos ejemplares, normalmente jóvenes, pueden habituarse a buscar la comida fácil en las basuras y en zonas inmediatas a las casas. Esto es lo que hay que evitar y abordar de forma urgente. La administración debe mantener activos las veinticuatro horas equipos bien preparados para frustrar esas situaciones, y si ocurre que algún ejemplar es muy reincidente, capturarlo y colocarle un dispositivo de seguimiento. Todo esto ya está recogido en el Protocolo de Intervención con osos para la Cordillera Cantábrica, una herramienta legal aprobada desde 2019. Se trata de aplicarla. Por nuestra parte, en 2016 enviamos al ministerio y las comunidades autónomas una propuesta para radiomarcar a los osos problemáticos que se acercan a los pueblos para conocer y gestionar mejor la situación. Nuestros equipos ya están formados y preparados para intervenir en cuanto el Principado de Asturias ponga el proyecto en marcha.

– ¿Cree que el accidente en Cangas del Narcea contribuye a demonizar el oso?

–En los últimos treinta años solo hemos registrado ocho ataques de oso a personas en la cordillera cantábrica y todos han respondido a la misma pauta: un oso sorprendido que se siente amenazado por la proximidad de una persona aparta el peligro sin ensañamiento y se marcha. Este ha sido el primero en Asturias, lo que demuestra que se trata de una situación excepcional y muy poco probable. Vivir en un entorno natural tiene riesgos, podría haber ocurrido con una jabalina con crías o con un toro. No debemos demonizar al oso por ello. Nunca había ocurrido un incidente de este tipo en Asturias. Desde aquí vuelvo a mandar nuestro deseo de una pronta recuperación a Carmen, la vecina de Sonande que sufrió el encuentro.

–También van en aumento los daños que los ganaderos denuncian por parte del oso. ¿Cree que se están exagerando?

–Que quede claro que estamos a favor de los ganaderos y, en particular, de los ganaderos en extensivo. Estoy seguro de que la mayor parte de ellos ejerce su trabajo con seriedad y honestidad. Pero lo que señalamos es que en la actualidad se está extendiendo la sensación de que todo el ganado que muere en ciertas localidades de montaña lo hace atacado por el oso y sabemos que eso no es así. El oso es muy carroñero y aprovecha cualquier animal muerto que encuentre en el monte. Evidentemente este no es un comportamiento generalizado en Asturias, pero sí en algunas localidades y suele ir acompañado de un gran revuelo en redes sociales y medios de comunicación como forma de presionar para cobrar el daño, o buscar réditos políticos; también procedente de cierto sindicato agrario. Con esta actitud no hay que olvidar que se pone en grave riesgo la imagen de las Fuentes del Narcea como destino ecoturístico y se tira por tierra el potencial económico que supone la presencia del oso.

– Se han encontrado varios cadáveres de osos en los últimos meses. ¿Cree que el ser humano tiene algo que ver?

– Somos muy respetuosos con los análisis científicos post mortem. A veces los restos se encuentran en tan mal estado, que ni siquiera podremos saber la causa de la muerte, pero es importante no aventurar hipótesis o juicios. En el medio natural los animales mueren por mil razones, y cuando han aparecido los últimos ejemplares, era época de celo. Los machos son más intolerantes con los juveniles. Eso hay que tenerlo en cuenta. Pero si hay pruebas de que ha habido una intervención humana intencionada, se debe exigir que se aplique la ley. Con respecto a los últimos casos estamos esperando resultados.

«¿El lobo especie cinegética?»

–El Principado ha desarrollado el Plan del Principado de Gestión del Lobo. ¿Son suficientes estas medidas?

–No conocemos el detalle del plan, pero creemos que el lobo no debe ser especie cinegética a escala nacional. No es una especie que interese como pieza de caza, y la caza deportiva no resuelve lo fundamental, que es el problema de los daños al ganado. Es necesario que exista la suficiente seguridad jurídica como para que las administraciones puedan llevar a cabo los controles poblacionales asociados a los daños. Y, desde luego, es fundamental que las indemnizaciones por daños se paguen con rapidez, no más de uno o dos meses de espera, incorporando el lucro cesante. Y esto sirve igualmente para los daños de oso.

–Tanto el oso como el lobo continúan siendo especies protegidas. ¿Cree que es algo que está perdiendo importancia de cara a la sociedad?

–La coexistencia con grandes carnívoros como osos y lobos no siempre es fácil. Hacen falta muchas mesas de debate y acuerdos con los actores del territorio, especialmente con ganaderos o apicultores, para avanzar en la convivencia. No puede ser de otra manera. La recuperación del oso cantábrico es un éxito de conservación del que todos debemos estar orgullosos, pero hay que gestionar adecuadamente esta situación de crecimiento y las dos situaciones que preocupan a la población del medio rural: los daños y la presencia de osos habituados. Hay que informar y sensibilizar a otros colectivos de la situación de la especie, y por ello vamos a iniciar próximamente una intensa campaña con cazadores junto a la Federación Española de Caza y las federaciones autonómicas. Estamos preparando también intensas campañas informativas junto con la FOA (Fundación Oso de Asturias) dirigidas a visitantes de nuestros espacios naturales y practicantes de actividades de ocio en la montaña.