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Roberto Ramos se pone la mascarilla en Cabueñes. J. C. Ttero

«Ahora la gente sí que usa las mascarillas en los hospitales, hay más concienciación»

«La presión asistencial continúa siendo brutal. Los médicos sobreviven a la situación con gran esfuerzo», señala el sindicato médico

:: Eugenia García

Miércoles, 29 de enero 2020

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En plena fase de ascenso de la onda epidémica de gripe de esta temporada, en los hospitales de las ocho áreas sanitarias y los centros de salud de la región proliferan carteles con mensajes como este: «Si tiene fiebre y tos, póngase la mascarilla». Con las salas de espera de urgencias hospitalarias y centros de salud repletas y los servicios saturados, invitan al paciente –y al que aún no lo sea– a ser prudente y protegerse para evitar una mayor propagación del virus. El predominante, este año, es el de la gripe A, el H1N1, más virulento y dañino que otras cepas. Por ello, el protocolo habitual con enfermedades que se transmiten por vía aérea cobra aún mayor importancia y los profesionales sanitarios reconocen «que ahora la mascarilla se ve mucho más que en anteriores ocasiones», algo que achacan a una mayor concienciación.

«Es un gesto sencillo y preventivo para los pacientes que puedan ser más contagiosos», indicaba ayer con la mascarilla puesta José María Martín, familiar de una paciente ingresada en el hospital gijonés de Cabueñes con gripe y neumonía. «No se trata de andar por la calle con ella, pero dado que la gripe se transmite por vía respiratoria, tanto quien vaya a estar en una sala de espera con enfermos como el propio paciente, que es quien más se va a mover por el hospital, debería usarla», indica una médico del mismo centro, en cuya ala de hospitalización hay varios dispensadores de mascarillas. También se reparten en urgencias, en el momento del triaje, a todo paciente con sospecha de posible transmisión por vía aérea. «Tanto esto como el lavado y desinfección de manos continuo son fundamentales». Pese a las precauciones, en el hospital aún había ayer 460 pacientes ingresados y, para acogerlos a todos, se instalaron 63 camas supletorias, 34 de ellas en habitaciones dobles –convertidas así en triples– y 29 en individuales que pasaron a ser dobles. Asimismo, los refuerzos de plantilla –68 celadores, enfermeras y auxiliares– permanecerán trabajando hasta que el hospital deje de tener camas supletorias.

Para evitar contagios, los pacientes que ingresan en el Hospital Universitario Central de Asturias por complicaciones de la gripe lo hacen en boxes aislados y en el momento del ingreso se les hace un exudado para identificar el tipo de virus. Análisis en mano, son agrupados en función del mismo. Independientemente de las precauciones, indica un facultativo, «en urgencias aún se ve mucha gripe, porque por muchas medidas que se tomen, el virus está en la calle y el contagio a veces es inevitable».

Según los últimos datos de la red de médicos centinela –que se actualizarán hoy– la previsión es que estos días se alcance el máximo de actividad gripal y vaya remitiendo próximamente. Entretanto, indica el presidente del Simpa, Javier Alberdi, también en los centros de salud «la saturación es absoluta». «Estamos viviendo una situación muy complicada, con una presión asistencial brutal. Se está sobreviviendo gracias al extraordinario esfuerzo de los facultativos».

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