Del gobierno de autor al de los contrapesos
Barbón diseñó su primer ejecutivo con innovación en las carteras y mensaje político. Ahora el reto es equilibrar la influencia de Convocatoria
Donde un presidente se la juega es al escoger su gobierno. Ha de demostrar que el partido tiene perfiles solventes para tomar las riendas de ... la gestión, premiar a quien aportó resultados y fidelidad, apartar al que no dio la talla. Conviene evidenciar que se cuenta con tentáculos en la sociedad civil capaz de atraerse independientes especialistas en su cartera.
El sábado el presidente Adrián Barbón anunciará cómo resuelve la ecuación y quiénes ocupan las carteras de su segundo Ejecutivo regional. Será un equipo con diez consejerías, evitando así que la entrada de Convocatoria por Asturias (la confluencia liderada por IU) derive en un incremento de gasto. «Recuperé la estructura de un presidente y diez consejeros, que es la de Pedro de Silva, y va a seguir siendo ese el número», confirmó Barbón.
Ni el presidente ni Asturias son hoy los que eran en 2019. Cuatro años de pandemia y una crisis económica han moldeado un escenario con necesidades y experiencias distintas, y eso se notará. El de la pasada legislatura fue un Gobierno de autor, sopesado durante los meses en los que Barbón era candidato. Pudieron entonces las ganas de que la estructura marcara un punto y aparte y un mensaje político.
Es el primer Gobierno autonómico que elevó el cambio climático, la política lingüística y la ciencia e innovación al rango de consejerías. Esa voluntad supuso que la última de ellas se constituyera con dos direcciones generales, equipo mínimo que contrasta con las ocho que tiene ahora Medio Rural y Cohesión Territorial o el número, similar, que tendrá la nueva consejería de Convocatoria por Asturias.
Barbón se mostró ayer satisfecho con esa adelgazada Consejería de Ciencia que rige su amigo e investigador Borja Sánchez. «Estoy muy orgulloso de su trabajo en estos cuatro años, supuso un cambio fundamental. Nadie lo ha cuestionado porque supuso un acierto», dijo. Todo apunta a que Sánchez seguirá, quizás con más competencias.
Distinto es el diagnóstico de otra de las innovaciones del Ejecutivo. Vinculado al presidente se crearon dos comisionados del Gobierno, de Igualdad y Reto Demográfico. Esa aparente relevancia luego se compadeció mal con las quejas que los responsables de las áreas deslizaron sobre la falta de recursos y cierta indefinición en la cadena de mando. Ambas áreas están llamadas a ganar peso institucional.
Más allá de reajustar desequilibrios en el organigrama, dos son los retos principales. El primero es acertar con la mujer llamada a ocupar el hueco dejado por Juan Cofiño como vicepresidente. «Es difícil suplirle», reconoció el presidente. «Debe ser una figura reconocida en el partido y de mi máxima lealtad y confianza», avanzó. «Hay varias candidatas posibles», matizó. Todo apunta a Gimena Llamedo, quien, de asumir cartera, podría apartarse de la vicesecretaría general de la FSA, obligando a reordenar también fichas en la ejecutiva.
Dos proyectos en un gobierno
El segundo reto, no menor, supone asegurar que «aunque al Gobierno lo respalden dos proyectos políticos, no hay dos gobiernos, solo uno», asumió Barbón. A la vicepresidenta le tocará fajarse en el día a día con el consejero de IU, Ovidio Zapico, para garantizarlo y existirá una comisión de los partidos para supervisar el cumplimiento del acuerdo de Gobierno. Pero aquí el organigrama y los elegidos también serán claves.
Convocatoria gestionará Urbanismo y Ordenación del Territorio, con vocación de regular desde ellas la planificación industrial. Está por tanto llamada a tener tensiones con quien herede la consejería de Industria y el área de Medio Ambiente, de ahí que para esos frentes se busquen perfiles políticos capaz de trabajar con el equipo de Ovidio Zapico haciendo de contrapeso.
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