«Es un goteo constante y lo que más les urge es poder empezar a trabajar»

La guerra se libra en Ucrania y las consecuencias llegan a las comisarías asturianas. Desde el 10 de marzo las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía son lugar en el que buscan refugio y papeles las víctimas de la invasión rusa. Ese día el Gobierno central habilitó un procedimiento exprés con el objetivo de concederles asilo en un plazo de 24 horas. Acordada la medida, el reto de tramitación y trabajo recae sobre las espaldas de los Grupos de Extranjería y Fronteras.

«El ritmo de solicitudes se ha incrementado respecto a lo que era habitual, pero en Gijón y Oviedo estamos logrando ir al día», indican los portavoces de la comisaría de la capital. «El goteo es constante, de lunes a viernes; ellos llegan bastante organizados, con familiares, amigos o personal de las oenegés que les ayudan con el papeleo y la traducción», añaden fuentes sindicales.

El Ministerio del Interior y las delegaciones del Gobierno han reorganizado efectivos y flujos de trabajo. La instrucción es dar prioridad a estos expedientes, lo que está lastrando al resto de quienes venían solicitando asilo a España. Según datos de Eurostat presentados ayer por la fundación Civio, las Oficinas de Asilo y Refugio acumulaban a finales de año 104.025 expedientes abiertos en todo el país, un tapón que precisaría de 17,4 meses de tramitación para ser resuelto.

Para que las víctimas ucranianas no tropezaran con ese muro, una directiva comunitaria articuló la solución exprés que ahora se encargan de materializar los agentes asturianos. «Los primeros días se les tomaba el teléfono, pero poco más; ahora ya citamos y atendemos bien», reconoce un policía de Extranjería. En la Comisaría de Gijón convocan por grupos familiares y aseguran estar evitando las colas. Hasta el lunes los registros del Gobierno central apuntaban a 598 casos resueltos en las comisarías asturianas y subiendo. Eso sí, los afectados tienen derecho a recibir una tarjeta que identifique su estatus en España, paso que por ahora está quedando pendiente, matizan los profesionales.

Al otro lado del escritorio los uniformados atienden «sobre todo a mujeres con hijos pequeños y señoras mayores», indican fuentes sindicales. «Lo que más les urge es poder empezar a trabajar, tener unos ingresos con los que integrarse», manifiestan.

«Es un perfil muy específico respecto a otras oleadas y los requisitos para entrar en el trámite exprés también son muy limitados», valoran desde la Administración central. El asilo conlleva un permiso de residencia y trabajo de un año, revisable después. «Veremos qué pasa entonces», reflexiona un agente.