«Los guardias civiles siempre están pendientes de nosotros si hay temporal»

Una mano amiga en medio de la adversidad. Agentes de la Guardia Civil se encargaron el pasado martes por la mañana de aprovisionar de víveres y otros bienes de primera necesidad a los vecinos de la localidad cántabra de Tresviso, doblemente aislada por el confinamiento impuesto por el estado de alarma y por la nieve caída en los últimos días. Fue por la mañana cuando los agentes del puesto de Carreña de Cabrales tuvieron conocimiento de que los vecinos de esta pequeña aldea cántabra, cuyo único acceso rodado es a través de Sotres, se encontraban incomunicados. Así, y pese a pertenecer a otra comunidad, los efectivos decidieron hacer lo mismo que llevan haciendo en las últimas semanas con sus paisanos: ofrecerles su ayuda.

Una vez recibidas las peticiones, lo primero fue gestionar con organismos del oriente asturiano la apertura del acceso con una máquina quitanieves. Acto seguido, los agentes de la Guardia Civil se dirigieron a los comercios de la zona para comprar aquello que los residentes en Tresviso necesitaban: alimentos, medicinas e incluso material escolar para una niña del pueblo. Con todo listo, los efectivos se desplazaron hasta la aldea cántabra, donde se llevó a cabo el reparto.

«Aunque al final la carretera solo estuvo cortada un día, los agentes llamaron para preguntar si necesitábamos algo, como ya hicieron otras veces», explicaba ayer a EL COMERCIO Miguel Campo, gerente del hotel restaurante La Taberna de Tresviso. «Siempre están pendientes de nosotros cuando hay temporal o tormenta para ayudar y eso es de agradecer», agregó. Y explicó que si bien él y sus vecinos están «acostumbrados al aislamiento durante los inviernos», el de esta vez «está siendo muy raro, pues te tienes que quedar en casa mientras hace buen tiempo fuera, como sucedió durante las dos primeras semanas». Aun así, recalcó, «todo el mundo está cumpliendo a rajatabla». Y es que, apostilló, «en Tresviso todo el mundo está preparado, con alimentos y leña de sobra para aguantar».

Entre las viviendas a las que los agentes llevaron recados estaba la de María López. «Fue una alegría inmensa verles llegar, pues no podíamos bajar a comprar», indicó. Y señaló que además de «aceite, leche y harina», los miembros de la Guardia Civil también les llevaron «los deberes de Nuria». Es su nieta de diez años, quien estudia en el colegio de Las Arenas junto a su hermano pequeño, Mario. «Él es muy pequeño y aún no tiene tareas», apuntó la cántabra, reconociendo que «con gestos así el aislamiento se hace mucho más llevadero».

También el alcalde de la localidad cántabra ubicada en pleno corazón de los Picos de Europa, Javier Campo, manifestó su agradecimiento a los efectivos del instituto armado. «Son gestos que siempre vienen bien», apuntó, reconociendo que el confinamiento «se hizo un poco más duro en los últimos días debido a la nieve». Eso sí, recalcó, «tanto desde el 112 de Cantabria como desde la Guardia Civil están dispuestos a ayudarnos, como ya hicieron en otras muchas ocasiones».

Pero las nevadas ya han pasado. A partir de ahora, la mejoría del tiempo será notable y para el fin de semana se esperan temperaturas máximas que superarán los 20 grados, además de cielos soleados. Pero esa mejoría será gradual. Hoy todavía habrá lluvias débiles y chubascos dispersos que irán remitiendo por la tarde. La cota de nieve ascenderá a los 1.800 metros. Hoy se irán abriendo claros a medida que avance el día y las temperaturas máximas irán subiendo poco a poco. El cambio más notable tendrá lugar el sábado, con cielos despejados y una subida notable de las temperaturas.